Tener un automóvil es el objetivo de muchos porque cada vez más personas desean sentirse cómodas y no depender de las rutas y horarios del transporte público. Aunque el transporte público es una alternativa económica, es común experimentar congestión durante las horas pico, inseguridad, falta de espacio, comodidad y privacidad.
Por estas razones y muchas más, las personas prefieren ahorrar para adquirir su propio vehículo. Sin embargo, tener un automóvil también conlleva una serie de desafíos que deben tenerse en cuenta para evitar daños costosos al vehículo y, lo que es más importante, para garantizar la seguridad personal y la de los demás.
Uno de los elementos más importantes a considerar es el líquido refrigerante, una sustancia química a base de etilenglicol que tiene la función de regular la temperatura del motor del automóvil. Según Autofact, este líquido ayuda a mantener el motor en óptimas condiciones, evitando el sobrecalentamiento y la corrosión.
El sobrecalentamiento puede dañar varias piezas del vehículo, lo que a su vez puede resultar en reparaciones costosas, independientemente de la marca o el diseño del automóvil. El mantenimiento regular del líquido refrigerante puede evitar dolores de cabeza, ya que sus propiedades antioxidantes reaccionan a las temperaturas extremas, evitando que se congele a cero grados o se evapore, como suele ocurrir con el agua cuando se utiliza como sustituto
Este es el paso a paso para cambiar el líquido refrigerante
Según la fuente mencionada, es crucial revisar el líquido refrigerante con regularidad, ya que si no se renueva cuando los niveles son insuficientes, sus propiedades anticorrosivas dejan de actuar adecuadamente, lo que puede causar un desgaste generalizado y obstrucciones en el radiador.
Se recomienda realizar una revisión y reemplazar el refrigerante cada dos años o después de recorrer unos 20.000 kilómetros. Si se han superado los 40.000 kilómetros, es especialmente importante considerar el cambio.
A pesar de esto, muchas personas desconocen el proceso para cambiar el refrigerante, el cual puede realizarse de manera sencilla y rápida sin necesidad de acudir a un mecánico. Aquí hay algunos pasos a seguir:
- Use ropa cómoda para evitar ensuciarse.
- Adquiera un galón del líquido refrigerante de su elección.
- Con el motor frío, levante el capó y retire la tapa del depósito. Puede usar un trapo para mayor comodidad.
- Vierta el líquido hasta alcanzar el nivel indicado.
- Vuelva a colocar la tapa y asegúrese de que esté bien cerrada.
- Baje el capó y estará listo para conducir de manera segura.
En caso de necesitar un cambio completo del refrigerante, es necesario drenar toda la sustancia antigua, limpiar con agua y luego agregar el nuevo refrigerante. Esto garantizará mejores resultados.