La industria del deporte está sorprendida con el nuevo anuncio de la compañía Wilson, especializada en la fabricación de herramientas e indumentarias para la práctica de diferentes disciplinas.
Dentro de los productos que distribuye, se encuentran balones de baloncesto, los cuales tienen una gran demanda entre los aficionados a este deporte en todo el mundo.
Pues bien, la compañía ha decidido sacar a la venta 200 unidades del Wilson Airless Gen1, la primera versión que han denominado como ‘La pelota de baloncesto que no necesita inflarse porque ya está llena de agujeros’.
Así es, se trata de un balón de baloncesto que no necesita aire para rebotar y permitir a los deportistas llevar a cabo sus jugadas sobre el maderamen, algo realmente innovador y que rompe con la tradición de uno de los deportes más populares del planeta.
El precio con el que este balón llegará a las tiendas es de 2.500 dólares, casi 10 millones de pesos colombianos, según el cambio actual; este valor, según los expertos, se debe a que es un elemento bastante novedoso del cual solo se sacarán al mercado 200 unidades.
Además, esta nueva esférica cuenta con el visto bueno de varios de los deportistas de la NBA, la liga más espectacular del mundo, respaldo bastante importante a la hora de querer impulsar un producto que rompe con los esquemas establecidos en la industria.
Pero el hecho de que solo salgan 200 unidades a la venta también tiene una explicación técnica, pues el balón es elaborado por una impresora 3D, lo cual significa que no se pueden fabricar en masa como los balones tradicionales, algo que la compañía ha ido modificando y optimizando para poder aumentar el nivel de producción.
Otro de los hechos que hacen este artículo una verdadera pieza coleccionable, es que todos los ejemplares de la primera edición irán contramarcados con un número único que los identificará como únicos dentro de las primeras 200 unidades fabricadas.
“Todos estos nuevos inventos y creaciones que salen cada año siempre tiene ese grupo de personas que quieren ser los primeros en tenerlo en sus manos”, indicó David Picioski, director global de asociaciones y colaboraciones de Wilson Sporting Goods, para El Confidencial.
Por ahora, pese a lo novedoso que resultará el uso de esta pelota sin aire, desde la compañía son consientes que falta la prueba real, pues indican que aunque han sometido el balón a cientos de pruebas, aún falta lo más importante y es evaluar su comportamiento en el mundo real, donde colegios y equipos compran estas pelotas para tenerlas alojadas en los gimnasios y utilizarlas de vez en cuando, lo que supone periodos extensos expuestas a variables como el frío, el calor o la humedad, lo que con el tiempo irá indicando qué tan fiables son.
“Desde un punto de vista técnico, todavía no tenemos una idea real de cómo se comportará en ese entorno. Podemos ejecutar pruebas aceleradas y siempre las realizamos según los estándares. Eso fue parte de nuestras mejoras de diseño y de identificar partes de la pelota que podrían fortalecerse aún más”, agregó el experto.
Por ahora, los aficionados y quienes cuenten con el dinero suficiente podrán acceder a este balón, el primero de su generación, el cual será codiciado por coleccionistas, expertos en el deporte y entidades que busquen ayudar a desarrollar un mejor performance que permita su masificación.