En la era de la tecnología moderna, los Smart TV se han convertido en el epicentro del entretenimiento en el hogar, ofreciendo una amplia gama de funciones y opciones de contenido a los usuarios. Aunque estas pantallas inteligentes ofrecen una experiencia de visualización inmersiva, también pueden consumir una cantidad significativa de energía.
Sin embargo, existe un truco que puede ayudar a los propietarios de estos televisores a ahorrar energía y reducir su huella de carbono mientras disfrutan de su contenido favorito.
El truco en cuestión se basa en la configuración de brillo y contraste del Smart TV. Por defecto, muchos televisores inteligentes están configurados en modos de imagen que resaltan la nitidez y los colores vibrantes. Si bien esto puede ser atractivo visualmente, estos modos suelen consumir más energía de la necesaria. Para ahorrar energía sin comprometer gravemente la calidad de la imagen, es aconsejable ajustar manualmente los ajustes de brillo y contraste del televisor.
En primer lugar, reducir el brillo es una forma efectiva de disminuir el consumo de energía del Smart TV. La mayoría de los televisores están configurados con un brillo más alto de lo necesario para entornos de visualización típicos. Bajar el brillo a un nivel cómodo, pero no excesivo, puede marcar una diferencia notable en la cantidad de energía utilizada. Un brillo excesivamente alto no solo consume más energía, sino que también puede cansar los ojos durante períodos prolongados de visualización.
Además, ajustar el contraste también puede influir en la cantidad de energía que consume el televisor. Los modos de alto contraste a menudo consumen más energía, ya que requieren más potencia para resaltar las diferencias entre los tonos oscuros y claros en la pantalla. Reducir el contraste a niveles más realistas y cómodos no solo puede ahorrar energía, sino que también puede mejorar la calidad de la imagen al reducir la posibilidad de destellos y sobreexposición.
Otra forma de ahorrar energía con un Smart TV es aprovechar la función de ajuste automático de brillo. Muchos televisores inteligentes están equipados con sensores de luz ambiental que pueden detectar el nivel de luz en la habitación. Utilizando esta información, el televisor ajustará automáticamente el brillo y el contraste para adaptarse al entorno. Activar esta función puede optimizar el rendimiento visual y reducir el consumo de energía al mismo tiempo.
Además de ajustar los ajustes de imagen, también es recomendable activar la función de ahorro de energía incorporada en el dispositivo. Esta opción ajustará automáticamente el brillo y otros parámetros para reducir el consumo de energía cuando el televisor no esté en uso activo. Configurar un tiempo de espera para que el televisor se apague automáticamente después de un período de inactividad también puede ser una forma eficaz de evitar que el televisor consuma energía innecesaria.
El uso de aplicaciones de transmisión en lugar de la televisión por cable también puede ser una forma de ahorrar energía con un Smart TV. Las aplicaciones de transmisión suelen utilizar menos energía que las señales de televisión en vivo, y muchas de ellas también ofrecen la opción de reducir la calidad de la transmisión para ahorrar ancho de banda y energía.
En ese orden, el truco para ahorrar energía con un Smart TV se basa en ajustar cuidadosamente los ajustes de brillo y contraste, así como aprovechar las funciones de ahorro de energía incorporadas en el televisor. Reducir el brillo y el contraste a niveles cómodos y realistas puede tener un impacto significativo en la cantidad de energía utilizada, sin comprometer gravemente la calidad de la imagen.
Al activar la función de ajuste automático de brillo y la función de ahorro de energía, los propietarios de Smart TV pueden disfrutar de su contenido favorito mientras contribuyen a una mayor eficiencia energética en el hogar.
Con estos sencillos pasos, es posible disfrutar de la última tecnología de entretenimiento mientras se adoptan prácticas más sostenibles y amigables con el medio ambiente.
*Este artículo fue creado con ayuda de una inteligencia artificial que utiliza ‘machine learning’ para producir texto similar al humano, y curado por un periodista especializado de SEMANA.