Suchir Balaji, un joven exingeniero de OpenAI, falleció a los 26 años, dejando un legado en la inteligencia artificial, pero también una serie de cuestionamientos éticos sobre la tecnología que ayudó a desarrollar. Su muerte ha sido confirmada por su familia y autoridades de San Francisco, Estados Unidos, quienes revelaron que la causa fue un suicidio.
Un pionero en la IA que se distanció de OpenAI
Balaji fue parte fundamental del equipo que entrenó los sistemas de IA detrás de ChatGPT. Su viaje con OpenAI comenzó en 2018, cuando realizó una pasantía en el laboratorio de investigación de la compañía.
Posteriormente, regresó para convertirse en un miembro clave del equipo, contribuyendo al desarrollo de tecnologías como WebGPT y, más tarde, GPT-4. A pesar de su éxito, las inquietudes éticas y legales sobre el uso de los datos para entrenar estos modelos lo llevaron a tomar decisiones drásticas.
“Las contribuciones de Suchir a este proyecto fueron esenciales y no habría tenido éxito sin él”, dijo el cofundador de OpenAI, John Schulman, en una publicación en redes sociales en memoria de Balaji.
En agosto de 2023, tras casi cuatro años en OpenAI, Balaji renunció a la compañía. Aunque había sido muy apreciado por sus colegas, quienes lo describieron como un ingeniero excepcional, su desilusión con la dirección de la empresa y sus preocupaciones sobre la legalidad del uso de datos sin el consentimiento adecuado lo empujaron a dar ese paso, aseguraron allegados.
Preocupaciones sobre los derechos de autor y la ética de la IA
Uno de los aspectos que más preocupaba a Balaji era el uso de datos de personas para entrenar modelos como ChatGPT, sin un marco legal claro sobre los derechos de autor. En una entrevista con la Associated Press, Balaji expresó que no se sentía cómodo con el hecho de que los datos de los usuarios fueran utilizados para crear productos que luego competían directamente con ellos en el mercado.
“No se siente bien estar entrenando con los datos de las personas y luego competir con ellos en el mercado”, le dijo Balaji a la AP a finales de octubre. “No creo que uno deba tener el poder de hacer eso. No creo que uno pueda hacerlo legalmente”.
Sus inquietudes también estuvieron presentes en su implicación en varios casos legales. Balaji fue nombrado como testigo potencial en demandas por infracción de derechos de autor presentadas por periódicos y autores de libros. En particular, The New York Times había señalado su importancia en el caso relacionado con la posible infracción de derechos de autor por parte de OpenAI.
La muerte de Balaji y la reacción de OpenAI
Balaji fue hallado sin vida en su departamento en San Francisco el 26 de noviembre, en lo que la Policía dijo que “parecía ser un suicidio”. Agregó que “durante la investigación inicial no se encontraron evidencias de que haya sido asesinado”. Los forenses confirmaron que la causa de su muerte fue suicidio.
Sus padres, Poornima Ramarao y Balaji Ramamurthy, compartieron su dolor y lamentaron la pérdida de un hijo que describieron como un “joven feliz, inteligente y valiente”. Según sus seres queridos, Balaji había regresado recientemente de un viaje con amigos y no mostraba signos de estar pasando por un momento difícil.
OpenAI, donde Balaji dejó una marca importante, expresó su pesar por la noticia. En un comunicado, la empresa lamentó profundamente su fallecimiento y destacó sus contribuciones al desarrollo de los modelos de IA. El cofundador de OpenAI, John Schulman, recordó a Balaji como un ingeniero excepcional y detallista, quien desempeñó un papel crucial en los avances de la empresa.
“Estamos devastados al enterarnos de esta increíblemente triste noticia y nuestros corazones están con los seres queridos de Suchir durante este difícil momento”, reza un comunicado de OpenAI.
A pesar de su muerte, las preguntas planteadas por Balaji sobre la ética de la inteligencia artificial continúan siendo relevantes. En particular, su creencia de que la industria de la IA necesitaría adaptarse a nuevos modelos legales y éticos sobre el uso de datos sigue siendo una discusión clave en el campo.
Aunque sus revelaciones no se han utilizado aún como evidencia en los tribunales, su visión sobre los derechos de autor y la IA podría influir en el futuro de la regulación de esta tecnología.
*Con información de AP.