El televisor es uno de los electrodomésticos que no pueden hacer falta en los hogares; con el paso de los años ha venido ganando un mayor protagonismo, ya que se ha convertido en un aparato que lo tiene todo, pues ofrece conexión a internet, reproducción de música y videos, incorpora videojuegos, permite controlar otros dispositivos, además de cumplir con su tradicional función de proyectar los canales preferidos de los usuarios.
Debido a esto, estos aparatos son cada vez más completos y adoptan nuevas tecnologías que se perciben en la calidad de sus pantallas, en la resolución, la cantidad de colores, la capacidad de almacenamiento, las formas de conectividad y de proyección, por lo que es necesario evaluar todas estas variables a la hora de encontrar el televisor indicado que balancee la relación precio beneficio.
En cuanto al tamaño, muchas personas optan por televisores de más de 50 pulgadas, pero no tienen en cuenta el espacio donde se va a instalar, por lo que a la hora de disfrutarlo en el hogar, no pueden percibir la calidad de la resolución prometida o simplemente se sienten incómodos al tener una pantalla tan grande en frente.
El tamaño más común que se comercializa es el de 55 pulgadas, ya que es ideal para habitaciones, espacios de trabajo o salas de descanso. Es importante tener en cuenta las medidas para saber donde se va a instalar; si se quiere colgar en la pared, habrá que saber qué soporte es el adecuado, o si se piensa poner sobre un mueble, hay que saber este qué peso aguanta y si el ancho es el ideal para mantener a salvo el dispositivo.
Resolución
Acá se habla de la cantidad de píxeles en la pantalla; los más modernos son los 8K UHD que ofrecen una resolución de 7,680 x 4,320 píxeles; le siguen los televisores 4K, que ofrecen 3,840 x 2,160 píxeles y por último los 1080p “Full HD”, cuya oferta es de 1,920 x 1,080 píxeles. En el mercado existen otras resoluciones, más bajas, pero estas tres son las que incluyen los dispositivos más modernos.
Seguramente los 8K serán mucho más caros que los 4K y los 1080p, pero la realidad es que hay muy poco contenido creado en esta resolución, por lo que se podría optar por uno más económico sin la necesidad de sacrificar calidad. Además, los aparatos de 55 pulgadas o más, en la mayoría de los casos, ya vienen con resolución 4K.
Tipo de pantalla
En el marcado hay diferentes ofertas y dependiendo de ellas también el precio de los televisores puede variar. Se habla de Mini-Led, OLED o MicroLED, lo cual, según sus características, permitirá al usuario disfrutar de una mayor calidad en los contrastes, en los colores y en sí, en la nitidez y claridad de la imagen proyectada.
Los Mini-LED son los más económicos, los OLED son ideales para espacios amplios donde no estén muy cerca de los ojos de las personas y donde estén lejos de la luz; por último, los MicroLED, que ofrecen un brillo mucho más impactante, ya están disponibles, pero por lo general son para televisores de pantallas muy grandes, por lo que son costosos y poco prácticos.
Especiales para videojuegos
Si la idea es comprar un televisor para disfrutar de consolas como Play Station o Xbox, hay algunos que ofrecen un mejor rendimiento en cuanto a la respuesta; y es que esto lo suelen percibir mejor las personas que se dedican a jugar por horas, pues para alguien que no está familiarizado con esto, no le parecerá mayor cosa.
Para explicar el tema hay que saber que, por lo general, los televisores tiene una respuesta de 60 cuadros por segundo, lo que quiere decir que muestra 60 imágenes en ese tiempo; para el caso de quienes utilizan videojuegos, estos, en algunas ocasiones, llegan a mostrar hasta 120 cuadros por segundo, por lo que los dispositivos deben estar preparados para esa reacción y así permitir una experiencia mucho más fluida con las consolas.
Software e interface
Esto es clave a la hora de comprar un Smart Tv, pues es la forma como el usuario se va a relacionar con el aparato; así que lo ideal es conocer cómo se maneja, qué tan práctica es, si el sistema operativo se puede actualizar y si es compatible con ciertas plataformas de streaming, pues hay algunas que no lo son.
Actualmente, hay otros dispositivos complementarios que le ayudan a que su televisor viejo, que no tiene prestaciones de Smart, pueda funcionar como uno de ellos; solo basta con instalarlo y así podrá tener plataformas como Netflix, Youtube, Primer en su pantalla; habrá ahorra un buen dinero.
Conectividad
Es importante saber cuántos puertos USB o HDMI tiene el televisor, pues de esto depende qué tantos dispositivos auxiliares pueda conectar y cómo reproducir contenido que venga de fuentes externas como memorias USB o discos duros. Hay otro tipo de conexiones que ayudan a sacarle mucho más provecho al televisor, pero con las anteriores podrá disfrutar de una conectividad estándar, capas de adaptarse a sus necesidades.
Precio
Una vez analizadas estas prestaciones y otras adicionales, se podrá ir haciendo una idea del precio; entre más resolución ofrezca el televisor y dependiendo de lo completo y grande que sea, así será su valor, por lo que debe contemplar el uso que se le va a dar, el espacio que dispone para instalarlo y la forma como planea disfrutarlo, de esta manera podrá fijar un presupuesto que le permita llevarse el mejor aparato y que satisfaga todas sus necesidades.