Una freidora de aire, también conocida como freidora de aire caliente o freidora sin aceite, es un electrodoméstico que utiliza tecnología de convección de aire caliente para cocinar los alimentos de manera similar a la fritura, pero con mucho menos aceite o incluso sin utilizar aceite.
En lugar de sumergir los alimentos en aceite caliente, una freidora de aire circula aire caliente a alta velocidad alrededor de los alimentos, creando un efecto de fritura. Esto permite obtener alimentos crujientes por fuera y tiernos por dentro, similares a los alimentos fritos, pero con menos grasas y calorías.
En ese contexto, en la búsqueda de opciones más saludables para cocinar, las freidoras de aire se han vuelto populares gracias a su potencial para cocinar alimentos ligeros de grasas que puedan afectar la salud del cuerpo. Sin embargo, estudios recientes han revelado una preocupación importante que pone en duda la perfección de este electrodoméstico.
Se trata de los compuestos cancerígenos, como la acrilamida, que algunas de estas freidoras pueden contener. Esta sustancia se forma de manera natural en alimentos ricos en carbohidratos durante su proceso de cocción a altas temperaturas, como hornear, asar y freír, en presencia de ciertos aminoácidos y azúcares.
La acrilamida es un compuesto químico que puede estar relacionado con el riesgo de desarrollar cáncer. Esto puede aumentar cuando los alimentos están expuestos a largos periodos de temperaturas excesivamente altas.
Son claros los beneficios que la freidora de aire puede generar en los hogares, pues es considerado uno de los electrodomésticos favoritos en la cocina, gracias a su versatilidad y facilidad al momento de cocinar cualquier tipo de alimento como vegetales, papas fritas, carnes, pollo, postres, entre otros.
Estos innovadores dispositivos utilizan una tecnología avanzada que emplea aire caliente en lugar de aceite. Están diseñadas con un potente sistema de ventilación que permite la circulación de aire a alta velocidad alrededor de las comidas.
¿Es verdad que la freidora de aire produce cáncer?
Cabe aclarar que la freidora de aire no produce cáncer, sin embargo, su proceso de freír los alimentos con aire caliente genera compuestos peligrosos que se relacionan con la enfermedad. Aun así, la cantidad de acrilamida formada en estos dispositivos electrónicos es menor a diferencia de las freidoras convencionales que utilizan mayor aceite para lograr un punto crujiente.
Frente a esto, algunos estudios sostienen esta teoría, no obstante, hasta el momento no hay evidencia que certifique que la acrilamida causa cáncer en los humanos. Hasta el día de hoy es una probabilidad que aún se está analizando.
Medidas para reducir los efectos negativos de la freidora de aire
Algunas medidas de precaución que los usuarios pueden tener en cuenta para reducir la formación de compuestos dañinos que atenten contra su salud son las siguientes:
- No se exceda en el tiempo de cocción de sus alimentos.
- Alterne el consumo de alimentos fritos con métodos como hervir, asar o al vapor.
- Nivele el control de la temperatura para evitar que sean muy alta.
Aunque con el paso del tiempo se han planteado preocupaciones sobre la formación de compuestos relacionados al cáncer durante el proceso de freir, tenga en cuenta que el uso frecuente de este electrodoméstico no atenta directamente contra su salud, sin embargo, independientemente de los alimentos que cocine en ellos tenga presente que debe adquirir hábitos saludables que le permitan equilibrar su rutina diaria de alimentación.
Además, procure incorporar ciertos alimentos que pueden afectar el funcionamiento del dispositivo, como por ejemplo, papel aluminio o envolturas de plástico, comidas con recubrimientos líquidos, objetos metálicos, huevos con cáscara y objetos de vidrio. Recuerde que el buen uso de su freidora de aire le va a permitir aprovechar al máximo sus beneficios.
¿Cómo hacer papas fritas sin aceite ni freidora de aire? Estos son los trucos
Las papas fritas son, por excelencia, uno de los snacks a los que difícilmente la gente puede resistirse; por lo general, están presentes en los acompañamientos con salsa para las hamburguesas, perros calientes o sándwiches. Además, muchas personas también las ingieren entre comidas o por simple gusto a cualquier hora del día.
La mayoría gasta litros de aceite para que al fritarlas queden en su punto, sin embargo, un alto contenido de este líquido puede llegar a ser perjudicial para la salud con consecuencias como elevar los niveles de colesterol.
De acuerdo con un estudio de calidad de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), con una bolsa de papas fritas de 100 g las personas podrían estar consumiendo entre 464 a 562 calorías, principalmente de grasas y carbohidratos.
Además, un estudio realizado por The American Journal of Clinical Nutrition sugiere que comer de dos a tres raciones de papas fritas por semana eleva el colesterol, aumenta el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas como la obesidad, hipertensión y diabetes, factores que incrementan el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular debido al exceso de sodio.
Para los amantes de este tubérculo es una noticia muy difícil de digerir, ¿pero será posible hacerlas sin aceite? Aquí una receta recomendada por el portal Salud 180, para hacer papas fritas, sin aceite ni freidora:
Papas fritas sin aceite
Ingredientes:
- Tres papas grandes.
- Una clara de huevo.
- Pimienta molida.
- Una pizca de sal.
Preparación:
- Verter la clara de huevo en un recipiente limpio, agregar pimienta y batir perfectamente.
- Agregar las papas, remojarlas con la mezcla, asegurarse que queden bien cubiertas.
- Forrar una charola con papel antiadherente, colocar cada una de las papas hasta cubrir la superficie de la charola, posteriormente, meterlas al horno durante unos diez minutos.
- Posteriormente, sacar las papitas del horno, despegarlas del papel y volver a colocarlas sobre la bandeja, meterlas nuevamente al horno y moverlas para que se cocinen por ambos lados.
- Una vez que estén doraditas por ambos lados, se deben sacar del horno y agregar una pizca de sal. Finalmente, consumir y disfrutar.