Desde hace un par de años, Cuevana ganó gran popularidad al ser un sitio web que hacía posible visualizar películas que aún estaban en cartera o series que son exclusivas de plataformas de streaming como Netflix, HBO Max o Disney+ de manera totalmente gratuita.
Esta situación hizo que la plataforma rápidamente se convirtiera en una alternativa atractiva para los cibernautas que desean ver ciertos filmes o series sin tener que asumir costo alguno. Justamente por esta situación el servicio se convirtió en un objetivo de interés para las compañías que producen dichos contenidos sin las licencias para ello, pues vieron en la plataforma un mecanismo que atenta contra su negocio al promover la piratería.
Pese a que el portal web ha sido objeto de varios procesos en su contra, el servicio aún sigue vigente y todavía goza de una gran cantidad de usuarios.
¿Cómo surgió Cuevana y por qué no la han podido tumbar?
Cuevana nació en 2009 como un sitio web argentino dedicado a ofrecer películas y series de televisión, la plataforma fue desarrollada por dos estudiantes universitarios (Mario Cardosio, David Fernández y Tomás Escobar) como un proyecto que pretendía facilitar a las personas el acceso a títulos que no estaban presentes en otros servicios online.
De hecho, los fundadores de Cuevana inicialmente consideraban que su iniciativa podría convertirse en un servicio digital que ayudara a impulsar el cine independiente argentino y para 2011 en la plataforma se estrenó la cinta titulada ‘Stephanie’, del director argentino Maximiliano Gerscovich. Pero hasta la fecha ese fue el único filme que se ha estrenado en dicho sitio.
Posteriormente el portal se convirtió en una opción muy usada por las personas que querían ver películas que recientemente se habían estrenado en los cines o contenidos originales que solo estaban disponibles en canales por suscripción.
Pero a medida que los servicios de contenidos vía streaming ganaron popularidad, este sitio web ganó mayor fuerza al ofrecer varias de las producciones exclusivas que están en el catálogo de dichas plataformas y así se hizo más notorio su conflicto con los derechos de autor y normativas en contra de la piratería.
Pese a ello, Cuevana sigue existiendo y esto se debe gracias a un vacío legal que existe en la ley del derecho a la información de Argentina. Dicha norma considera como delito el almacenar o exhibir de forma ilegal contenidos que estén protegidos (como las películas y series), pero el controvertido portal web no guarda copias ilegales de esos contenidos.
Lo que hace Cuevana es emplear un servidor que utiliza enlaces externos para redireccionar a los usuarios hacia los contenidos que desean ver. Por lo tanto, el portal web no estaría violando la norma, puesto que solo brinda la posibilidad de visualizar series y películas que realmente están alojadas en otros sitios de otros sitios.
Es precisamente por esa razón que la página no estaría violando la ley argentina y por ello el sitio sigue vigente, pese a varias demandas que pesan contra sus fundadores.
¿Cuáles son los riesgos de ver películas y series gratis en Cuevana?
Actualmente la mayoría de los usuarios de ese servicio ignoran los peligros a los que se exponen al visitar páginas que ofrecen películas y series gratis. Puesto que estos portales son muy usados por los cibercriminales para infectar los dispositivos de sus víctimas con malware capaz de robar información privada.
Es importante señalar que los sitios web como Cuevana generan ingresos a partir de la venta de espacios para publicidad y por ello estos portales suelen tener una gran cantidad de anuncios publicitarios.
El problema radica en que algunos de los anuncios son engañosos y pueden ocultar un enlace que dirija al usuario a un portal web con código malicioso.
Gracias a ello, los cibercriminales pueden infiltrar un virus en el teléfono o computador del usuario.
Una vez que el dispositivo ha sido infectado se puede ejecutar un programa malicioso que de manera silenciosa puede comenzar a robar archivos (fotos, videos, documentos), contraseñas e información sobre cuentas bancarias o tarjetas de crédito.
Además, existen programas espía con la capacidad de tomar el control de la cámara y micrófono del teléfono inteligente del usuario, para así hacer un seguimiento de las conversaciones y otras acciones del usuario.