Los dueños de vehículos suelen estar atentos a cualquier señal que indique una avería o daño, las cuales, por lo general, se manifiestan a través de los testigos presentes en el tablero de control del automotor.
Muchas personas viven inconformes con algo del automóvil y de inmediato mandan a modificarlo, pero no saben que un fabricante gasta entre cuatro y siete años sacando un vehículo a producción y ponerlo en las vitrinas, todo dependiendo del tipo de carro. En ese lapso de tiempo hay una primera reunión con ingenieros, diseñadores y directivos, donde se hacen mil bocetos, se usan 5.000 kilos de arcilla con la que se hace un modelo de tamaño real (modelo de Clay) y unos 1.000 litros de pintura para llegar al diseño final.
Todo el equipo de trabajo debe “adelantarse” y pensar cuáles serán las tendencias en el momento del lanzamiento y qué esperan o necesitan los clientes. Lo primero que hacen es trazar una hoja de ruta que definirá cómo será el auto y a la misma se le irán haciendo los respectivos ajustes. Lo importante, es lo que quiere transmitir el fabricante con su nuevo modelo.
Después de los mil bocetos hechos, se obtiene una imagen de lo que será el carro para luego, con el modelo de la arcilla, recrear el diseño exterior, en los que poco a poco se le van introduciendo cambios. Mientras tanto, otras personas van trabajando el aspecto de los asientos, paleta de colores, diseño interior, neumáticos y luces.
Una vez aprobado el diseño, los ingenieros deciden el recorrido de las suspensiones, la capacidad de la carga, el tipo de motor, número de cilindros y la potencia. Por consiguiente, viene el test de circuito y carretera que determinan la puesta a punto dinámica y la durabilidad.
Ante todo ese trabajo, es importante que sepa lo que no debe modificarle a su automóvil:
- Cambiar rines y neumáticos: esto logrará que disminuya la capacidad del frenado, además altera la geometría del auto y su centro de gravedad. Tenga en cuenta que la resistencia de los ejes del carro se calcula en función de la carga que soportan las ruedas, si se cambian por unas más anchas aumenta el brazo de palanca, haciendo que trabajen forzados sobrecargando los rodamientos y componentes de la suspensión.
- ‘Bajar el carro’: se sacrifica el confort de los ocupantes y el control del carro. Los espirales soportan el peso de la carrocería y todo lo que está “pegado” a ella, esto es el motor y la transmisión. Asimismo, unos espirales más recortados obligan mayor labor de los amortiguadores.
- Suprimir el catalizador o modificar el sistema de escape: el catalizador protege el medio ambiente al sacar los gases de la combustión del motor y controlar la cantidad de partículas nocivas. Es por eso, que al suprimir el silenciador solo aumentará el ruido y la posibilidad de que lo multen si excede los decibeles permitidos.
- Modificar las luces: Estas actúan como un elemento de seguridad que permite que usted vea y que los demás conductores lo vean. Si su carro viene con bombillos de luz halógena, no debe cambiarlos por otro tipo, por ejemplo LED o HID, pues el diseño de las lámparas varía de acuerdo al tipo de bombillo y, por lo tanto, no funcionarán de forma adecuada.
- El lavado del motor: en ningún manual hay instrucciones del fabricante para lavarlo, así que lo mejor es no hacerlo. El agua puede llegar a una cantidad de sensores y componentes electrónicos que tarde o temprano empezarán a enviar señales al tablero; también, se pueden depositar muchos orificios y con el tiempo empieza a aparecer el óxido en muchas piezas.