Ser el propietario de un vehículo demanda mucho más que solo conducirlo. Y aunque no es necesario ser experto en mecánica, sí resulta prudente aprender a identificar aquellos detalles que podrían ser señal de alarma.
En general, el listado es amplio e incluye ruidos, sensaciones al volante o anomalías en la conducción. De ser el caso, la respuesta por parte del propietario del vehículo debería ser llevarlo a un mecánico de confianza para efectuar la inspección correspondiente.
Una imagen que podría generar confusión se da en el tubo de escape del vehículo. Usualmente, por este espacio se expulsan los gases, aunque eventualmente se pueden cantidades moderadas de agua.
Ante este escenario surgen dos preguntas clave: ¿por qué ocurre?, y si ¿es señal de algún daño?
Pues bien, la presencia de agua en el escape de un carro puede tener dos causas principales:
1. Condensación natural:
Es el escenario más común y no representa ningún problema. Se produce por la combinación de dos factores:
- Combustión del combustible: Durante el proceso normal de combustión del combustible en el motor, se genera vapor de agua como subproducto.
- Escape frío: Al arrancar el motor en frío, el escape también está frío. El vapor de agua caliente que ingresa al escape frío se condensa y se convierte en pequeñas gotas de agua visibles.
Para determinar la naturaleza del agua que se ve en el exhosto es necesario revisar los siguientes elementos:
- Aspecto del agua: El agua proveniente de la condensación es generalmente clara y sin color.
- Condiciones: Suele observarse con mayor frecuencia en climas fríos o húmedos y al arrancar el motor.
- Duración: El agua por condensación desaparece rápidamente a medida que el escape se calienta.
En principio, la presencia de agua en el exhosto no representa peligro. No obstante, hay otra causa que requiere mayores cuidados: la fuga de líquido refrigerante.
Si la cantidad de agua en el escape es excesiva, persistente o presenta un color diferente, podría indicar una fuga en el sistema de refrigeración del motor. Efectivamente, una fuga de refrigerante debe ser atendida de inmediato para evitar daños graves en los sistemas internos del vehículo.
Para determinar si se trata de una fuga de refrigerante, hay que revisar los siguientes ítems:
Aspecto del agua: El agua proveniente de una fuga de refrigerante puede ser clara, verdosa o rosada, dependiendo del tipo de refrigerante utilizado.
- Cantidad: La cantidad de agua será significativa y constante, no solo unas pocas gotas.
- Olor: En algunos casos, puede percibirse un olor dulce o ahumado proveniente del escape.
- Síntomas adicionales: Otros indicadores de una fuga de refrigerante pueden incluir sobrecalentamiento del motor, nivel bajo de refrigerante, luces de advertencia en el tablero.
Recomendaciones generales
Sea por condensación o fuga, es crucial revisar minuciosamente a qué corresponde el agua que sale por el tubo de escape. Así mismo, vale la pena implementar las siguientes dinámicas para prevenir este tipo de situaciones:
- Revisar periódicamente el nivel de refrigerante.
- Estar atento a cualquier señal de fuga, como manchas de refrigerante en el suelo o debajo del vehículo.
- En caso de observar una cantidad excesiva de agua en el escape, o si presenta características que sugieren una fuga, consultar a un profesional.
Finalmente, es clave comprender que conducir con una fuga de refrigerante puede ocasionar daños severos al motor. En ese sentido, es vital actuar con prontitud ante cualquier indicio de este problema.