Dejar un computador encendido durante toda la noche es una práctica que muchos consideran inofensiva, pero que puede tener consecuencias negativas a largo plazo, ya que la máquina puede verse afectada.
Uno de los primeros componentes que se ve afectado es el disco duro o la unidad de estado sólido (SSD). Estos dispositivos de almacenamiento están en constante funcionamiento mientras el equipo está encendido, lo que provoca un desgaste acelerado.
Las partes mecánicas, como los platos giratorios y los cabezales de lectura/escritura, son propensas a deteriorarse con el tiempo debido al calor y al movimiento continuo. Aunque las unidades SSD no tienen partes móviles, los ciclos de lectura y escritura que se realizan constantemente también pueden reducir su vida útil, especialmente en unidades de menor calidad.
Otro componente que sufre es la fuente de poder, la cual regula la energía que fluye hacia todos los componentes del equipo. Si esta se calienta excesivamente, debido a la falta de ventilación adecuada durante las largas horas de operación, puede fallar, causando un apagón repentino o daños a otros componentes críticos.
El sobrecalentamiento, enemigo silencioso
El calor es uno de los mayores enemigos de cualquier dispositivo electrónico, y los computadores no son la excepción. Dejar un equipo encendido toda la noche puede llevar al sobrecalentamiento, especialmente si el sistema de enfriamiento no es eficiente. El polvo acumulado en los ventiladores y en los conductos de aire impide una ventilación adecuada, lo que aumenta la temperatura interna del equipo.
El sobrecalentamiento afecta directamente a la CPU (unidad central de procesamiento) y a la GPU (unidad de procesamiento gráfico), los cuales son los componentes que más calor generan. A medida que la temperatura aumenta, el rendimiento del equipo disminuye, y si esto persiste, puede causar daños irreparables. Los sistemas de protección térmica suelen apagar automáticamente el equipo si detectan temperaturas peligrosas, pero esto no siempre ocurre a tiempo.
Además, el sobrecalentamiento prolongado puede degradar la pasta térmica, un compuesto utilizado para mejorar la transferencia de calor entre la CPU/GPU y sus respectivos disipadores. Con el tiempo, esta pasta pierde eficacia, lo que agrava aún más el problema del sobrecalentamiento.
El impacto en el software y el rendimiento general
No solo los componentes físicos del computador sufren cuando se deja encendido toda la noche, el software también puede verse afectado. La falta de reinicios regulares puede llevar a una acumulación de errores en la memoria RAM, que con el tiempo, ralentizan el rendimiento del equipo. Los programas y sistemas operativos están diseñados para ser reiniciados periódicamente, lo que permite que los procesos se terminen correctamente y que la memoria se libere de manera eficiente.
Además, dejar el computador encendido durante largas horas facilita la ejecución de procesos en segundo plano que consumen recursos, como actualizaciones automáticas, análisis de antivirus y programas que se ejecutan sin supervisión. Esto puede provocar un uso innecesario del disco duro y de la CPU, reduciendo la vida útil del equipo y su rendimiento general.
Dejar un computador encendido toda la noche puede parecer una práctica inofensiva, pero a largo plazo, puede causar daños significativos en los componentes internos, afectar el rendimiento del equipo y comprometer la seguridad del sistema.
*Este artículo fue creado con ayuda de una inteligencia artificial que utiliza machine learning para producir texto similar al humano, y curado por un periodista especializado de Semana.