En algún momento de la vida, cualquier persona ha tenido ciertas dificultades a causa de un electrodoméstico que dejó de funcionar correctamente, lo cual genera varias dudas, pues no se sabe si solicitar un servicio de mantenimiento o simplemente tirar el equipo dañado.

Aprender a reconocer las señales que evidencian que un electrodoméstico está llegando al final de su vida útil es clave para tomar las decisiones adecuadas y así evitar perder dinero en reparaciones innecesarias.

Ante esta situación, SEMANA consultó con expertos que explicaron cuáles son las señales o indicadores que pueden ayudar a evaluar es estado de un electrodoméstico y así determinar vale la pena repararlo o si es momento de tirarlo.

¿Cómo saber si debe reparar o botar un electrodoméstico dañado?

Edad del Electrodoméstico

La edad es un factor importante, a medida que una nevera, lavadora o licuadora envejece, su eficiencia energética disminuye y la probabilidad de fallas aumenta.

Un vocero de Mabe le indicó a SEMANA que, en general, los refrigeradores tienen una vida útil promedio de 10 a 15 años, mientras que las lavadoras y secadoras duran entre 8 y 12 años. Mientras que las estufas suelen funcionar bien durante 7 a 10 años.

Según el feng shui, las fotos de personas fallecidas colocadas sobre la nevera pueden generar una energía pesada y melancólica en el hogar. | Foto: Getty Images

En caso de que un electrodoméstico supera estas edades, lo más probable que esté llegando al final de su vida útil y por ello sería bueno considerar opciones para reemplazarlo.

Aumento en los Costos de Energía

Es fundamental revisar las facturas de la luz, en caso de que se descubra un aumento significativo en el consumo de energía, ello podría indicar que la falta de eficiencia de un electrodoméstico dañado está generando un desperdicio de electricidad.

De pendiendo de la edad del electrodoméstico, es adecuado que servicio técnico lo revise y determine el tipo de daño que posee. Dependiendo de la complejidad de la falla y el costo de reparación, se podría evaluar la posibilidad de adquirir un equipo moderno que incorpore nuevas tecnologías que ayuden a optimizar el consumo de energía eléctrica.

En caso de comprar un nuevo electrodoméstico, se recomienda comprobar el etiquetado energético del equipo y procurar adquirir un modelo de energía tipo A, el cual garantiza mayor eficiencia.

Las etiquetas energéticas miden la eficiencia de los electrodomésticos. | Foto: Getty Images

Problemas de Seguridad

Los electrodomésticos antiguos pueden presentar riesgos debido a cables desgastados, fugas de agua o mal funcionamiento de los sistemas de seguridad. Si aparecen indicio de problemas de seguridad, es crucial reemplazar el aparato para evitar posibles accidentes.

Incompatibilidad con nuevas tecnologías

La rápida evolución tecnológica hace que los electrodomésticos más antiguos queden desactualizados en términos de características modernas.

Algunas neveras cuentan con funciones de ‘Eco ahorro’, inteligencias artificiales y alarmas para mejorar la gestión energética.

Actualmente, hay lavadoras y neveras que incorporan tecnologías de alta eficiencia que reducen el consumo de agua o luz y optimizan el cuidado de los alimentos o la ropa sucia.

Reparaciones constantes

Si las reparaciones se vuelven frecuentes y el electrodoméstico produce ruidos extraños o vibraciones excesivas, es momento de considerar en un cambio de equipo. Esperar a que la máquina falle por completo puede ser mucho más costoso, frustrante, pues el problema puede ocurrir en un momento crucial.

El mantenimiento constante es fundamental para prolongar la vida útil de la lavadora. | Foto: Getty Images

Ante esta situación se aconseja evaluar la posibilidad de reemplazar el electrodoméstico antes de que se deteriore aún más.

Finalmente, expertos resaltan que para deshacerse correctamente de los electrodomésticos y respetando el medioambiente, se aconseja consultar los programas de reciclaje y manejo responsable de componentes que tienen algunos fabricantes.