La tecnología ha traído consigo una variedad de avances que han transformado la vida cotidiana de millones de personas en todo el mundo, pero además, ha sido blanco de nuevas oportunidades para que los ciberdelincuentes desarrollen tácticas más sofisticadas para engañar a los usuarios en Internet y las plataformas digitales.

Una de las amenazas emergentes más preocupantes es el robocalling, una técnica que combina llamadas automatizadas y tácticas de ingeniería social para estafar a las personas. El término se refiere a las llamadas ‘fantasma’ realizadas por sistemas de inteligencia artificial que pueden imitar la voz humana o reproducir mensajes pregrabados.

Estos sistemas están diseñados para realizar miles de llamadas simultáneamente, en que el usuario contesta y automáticamente se corta. A menudo, estas llamadas tienen como objetivo vender productos falsos, obtener información personal o financiera, o incluso engañar a los usuarios para que realicen pagos a cuentas fraudulentas.

En muchos casos, las llamadas de robocalling se presentan como comunicaciones legítimas de instituciones financieras, agencias gubernamentales o empresas de servicios. Por ejemplo, una llamada puede asegurar ser de un banco, informando al destinatario de una actividad sospechosa en su cuenta y solicitando detalles personales para “verificar” la información.

Los ciberdelincuentes buscan manipular a las personas para que sean víctimas de estafas o ataques sofisticados. | Foto: Getty Images

¿Cómo identificar una llamada de robocalling?

Identificar una llamada de robocalling puede ser desafiante, ya que estas estafas se vuelven cada vez más sofisticadas. Sin embargo, hay ciertas señales de advertencia que pueden ayudar a los usuarios a reconocer estas llamadas fraudulentas. Una de las más comunes es recibir una llamada de un número desconocido o inusual.

Las llamadas spam pueden ser un intento de estafa. | Foto: Getty Images

Otra señal de alerta es la urgencia en el mensaje. Los estafadores a menudo crean un sentido de urgencia para presionar a las personas a actuar rápidamente sin pensar en las consecuencias. Por ejemplo, pueden afirmar que la cuenta bancaria del destinatario será bloqueada si no proporciona información de inmediato. Este tipo de presión es una táctica clásica de ingeniería social que busca aprovechar el miedo y la confusión del destinatario.

Además, las llamadas que solicitan información personal o financiera deben considerarse sospechosas. Las instituciones legítimas, como bancos y agencias gubernamentales, generalmente no solicitan detalles sensibles por teléfono. En lugar de proporcionar esta información, los usuarios deben colgar y llamar directamente a la institución a través de un número oficial para verificar la autenticidad de la solicitud.