Un equipo de científicos de Estados Unidos e India, quienes trabajaron de manera articulada con la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (Nasa), descubrieron cuatro nuevas cepas de bacterias pertenecientes a la familia de las Methylobacteriaceae que habitan en diferentes zonas de la Estación Espacial Internacional (EEI).

Entre las cuatro bacterias identificadas se encuentran tres identificadas como móviles Gram negativas, que eran completamente desconocidas para los científicos hasta la actualidad, según recoge un estudio publicado en la revista Frontiers in Microbiology el pasado 15 de marzo.

Las tres variantes microbianas nunca antes vistas fueron denominadas como IF7SW-B2T, IIF1SW-B5 e IIF4SW-B5. Según los expertos, el hallazgo de estas nuevas cepas podría contribuir a crear una especia de “combustible” que permita “promover” el crecimiento de plantas en situaciones atípicas, por ejemplo, en el planeta Marte.

“El género Methylobacterium consta de 45 especies reconocidas, que están presentes de manera ubicua en una amplia variedad de hábitats, incluidos el aire, el suelo, el agua dulce y los sedimentos, y pueden existir en forma libre o asociadas con tejidos vegetales”, explica el estudio.

Luego de ser analizadas, los científicos manifestaron que las bacterias identificadas podrían recibir el nombre de Methylobacterium ajmalii, una denominación que haría honor a Ajmal Khan, un reconocido investigador indio experto en biodiversidad.

“Para resistir los rigores del espacio en misiones en el espacio profundo, los alimentos cultivados fuera de la Tierra necesitan un poco de ayuda adicional de las bacterias. (...) Para cultivar plantas en lugares extremos donde los recursos son mínimos, el aislamiento de nuevos microbios que ayudan a promover el crecimiento de las plantas en condiciones estresantes es esencial”, explicaron los investigadores a través de un comunicado.

Small group of female laboratory assistants checking blood, using microscope and doing test for bacteria. | Foto: derechos de autor no

En ese sentido, los expertos resaltaron que estos microorganismos participan en la fijación de nitrógeno para el crecimiento de las plantas y pueden ayudar a detener los patógenos en la vegetación.

El Dr. Kasthuri Venkateswaran (Venkat) y el Dr. Nitin Kumar Singh del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA (JPL), argumentaron que las cepas podrían poseer “determinantes genéticos biotecnológicamente útiles” para el cultivo de cultivos en el espacio.

No obstante, el estudio publicado en la revista Frontiers in Microbiology concluye que se necesita más biología experimental para demostrar que, efectivamente, los descubrimientos representan un cambio potencial de juego para la agricultura espacial.

La misión de cultivar alimentos en el espacio

La Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (Nasa) anunció el mes pasado que está buscando personas para que desarrollen sistemas alimentarios en el espacio y que pagará premios hasta de US$ 500.000 a quienes descubran cómo lograrlo.

Sistema solar | Foto: Getty Images

El anuncio fue hecho en el marco de la primera fase de la convocatoria internacional denominada Deep Space Food Challenge, en la que la Nasa espera avanzar hacia el descubrimiento de nuevas tecnologías innovadoras de producción de alimentos en el espacio, pero que sean también aplicables en contextos terrestres.

Se estima que la convocatoria pueda tener una segunda fase próximamente, aunque por ahora el plazo para participar en la fase inicial se vence el 30 de julio de 2021.

“A medida que la Nasa desarrolla conceptos para misiones tripuladas más largas a Marte y más allá, la agencia necesitará sistemas alimentarios innovadores y sostenibles que cumplan todos los requisitos”, explicó la agencia espacial estadounidense a través de un comunicado en el que resalta la importancia de garantizar alimentación permanente durante las misiones de larga duración.

En ese sentido, el organismo añadió que las ideas innovadoras que surjan de la convocatoria deberán emplear recursos mínimos y generar un mínimo de desperdicios, además de que tendrán que brindar una alimentación segura y nutritiva para las misiones de exploración en el espacio durante largos periodos de tiempo.