Un equipo internacional de científicos diseñó la “comida espacial” óptima que puede cultivarse en el espacio: una sabrosa ensalada vegetariana.
Eligieron ingredientes frescos que satisfacen las necesidades nutricionales especializadas de los astronautas, en este caso varones, y que pueden cultivarse en el espacio.
El resultado fue una comida vegetariana compuesta de soja, semillas de amapola, cebada, col rizada, maní, batata y/o semillas de girasol, que proporcionaba el equilibrio más eficiente de nutrientes máximos e insumos agrícolas mínimos, según los hallazgos publicados en ACS Food Science & Technology.
Los astronautas en el espacio queman más calorías que los humanos en la Tierra y necesitan micronutrientes adicionales, como el calcio, para mantenerse saludables durante una exposición prolongada a la microgravedad. Las futuras misiones a largo plazo también requerirán cultivar alimentos de forma sostenible y circular dentro de las naves espaciales o las colonias espaciales.
Si bien los investigadores han explorado métodos para cultivar alimentos en el espacio y qué nutrientes necesitan los astronautas para mantenerse saludables, no se han desarrollado comidas frescas específicas. Entonces, Volker Hessel, de la Universidad de Australia, y sus compañeros querían optimizar una comida espacial que cumpliera con los requisitos únicos de los vuelos espaciales y tuviera buen sabor.
Primero, los investigadores evaluaron combinaciones de ingredientes frescos utilizando un método llamado programación lineal, que equilibra computacionalmente diferentes variables para alcanzar un objetivo específico. En este caso, su modelo identificó lo bien que las combinaciones de diferentes alimentos podrían satisfacer las necesidades nutricionales diarias de un astronauta masculino y al mismo tiempo minimizar el agua necesaria para cultivar los alimentos.
El equipo también estaba preocupado por la sostenibilidad de los alimentos en el espacio, seleccionando ingredientes que necesitaban poco fertilizante, tiempo y área para crecer, y si las porciones no comestibles podían reciclarse. De los diez escenarios que examinaron los investigadores, encontraron que una comida vegetariana compuesta de soja, semillas de amapola, cebada, col rizada, maní, batata y/o semillas de girasol proporcionaba el equilibrio más eficiente de nutrientes máximos e insumos agrícolas mínimos.
Si bien esta combinación no pudo proporcionar todos los micronutrientes que necesita un astronauta, los investigadores sugieren que los que faltan podrían agregarse en un suplemento.
Para asegurarse de que la combinación identificada fuera sabrosa, el equipo preparó la comida espacial ideal como una ensalada para que cuatro personas la probaran aquí en la Tierra. Un evaluador dio críticas muy favorables y “no le importaría comer esto toda la semana como astronauta”.
Otras personas fueron más silenciosas en sus elogios, a pesar de que regresaron para tomar una segunda ración. En el futuro, los investigadores planean ver qué ofrece su modelo de computadora como opciones para las mujeres astronautas y ampliar la variedad de cultivos en su base de datos.