Los smartphones y las redes sociales han sido diseñados con una intención clara: mantener a las personas conectadas constantemente. Las notificaciones, los likes y los comentarios generan una liberación de dopamina en el cerebro, lo que crea una sensación de satisfacción y recompensa. Esta retroalimentación positiva refuerza el comportamiento de revisar el teléfono una y otra vez, creando un ciclo adictivo.
La adicción a las redes sociales y el celular no es simplemente una cuestión de elección personal, sino que también está arraigada en el diseño de las plataformas. Las aplicaciones y sitios web están diseñados para ser altamente atractivos y fáciles de usar, lo que hace que sea difícil desconectarse.
De acuerdo con las cifras, los jóvenes de entre 18 y 25 años son los que presentan los mayores niveles de desórdenes asociados a angustia, depresión y ansiedad. “Vivimos en un mundo en el que tenemos acceso siempre a la dopamina digital a través de nuestros dispositivos electrónicos. Somos muy vulnerables al consumo compulsivo de redes sociales”, explica Anna Lembke, psiquiatra y experta en adicciones de la Universidad de Stanford, en entrevista con La Nación, de Argentina.
En tal sentido, el acceso ilimitado al teléfono, las alertas constantes en el celular y la sensación de ‘recompensa’ que generan estas redes digitales son los causantes de esa combinación peligrosa que lleva a la adicción.
Adicción a las redes en colombianos
Óscar Javier Robayo, docente de la Universidad del Rosario, lideró una investigación que expuso el impacto de esas “microdosis de dopamina constantes en el cerebro”: nos vuelven impulsivos e impacientes. Ya no tenemos que movernos para conectarnos con otras personas que, además, parecen muy hermosas. Y si eso lo combinamos con una pantalla con luz, storytelling y likes, entonces lo convertimos en una droga muy potente. TikTok, a diferencia de la cocaína, nunca se termina”.
Cambios en el cerebro
En enero de 2023, se conocieron los resultados de un estudio realizado por la Universidad de Carolina del Norte durante tres años a jóvenes de 13 a 17 años, el cual reveló cómo la adicción a las redes sociales puede cambiar la anatomía cerebral.
Los cerebros de los adolescentes que consultaban sus redes más de 15 veces al día fueron neurológicamente más sensibles a las recompensas y los castigos sociales, además, se comprobó que se dieron cambios en los volúmenes de materia gris en zonas cerebrales asociadas a la adicción.
Impacto en la salud mental
Pasar largas horas en las redes sociales puede generar sentimientos de ansiedad, envidia y soledad. La comparación constante con la vida, aparentemente perfecta de otros, puede erosionar la autoestima y aumentar los sentimientos de insatisfacción con la propia vida.
Además, la necesidad de estar siempre disponible y responder a las notificaciones puede llevar a altos niveles de estrés. La línea entre el tiempo de trabajo y el tiempo personal se difumina cuando los mensajes y correos electrónicos laborales siguen llegando, incluso fuera del horario de trabajo. Esto puede conducir al agotamiento y al deterioro de la salud mental a largo plazo.
El tiempo que se pasa en línea, a menudo, reemplaza actividades saludables como el ejercicio, el tiempo al aire libre y la interacción social en persona. Esto puede llevar a un estilo de vida sedentario y al aislamiento social, lo que a su vez puede afectar negativamente la salud física y emocional.
Además, el constante uso del celular antes de dormir puede perturbar los patrones de sueño. La luz azul emitida por las pantallas puede interferir con la producción de melatonina, una hormona que regula el sueño, lo que puede resultar en insomnio y falta de descanso.
Afrontando la adicción
A pesar de los desafíos que presenta la adicción a las redes sociales y el celular, hay formas de afrontar este problema y encontrar un equilibrio saludable:
- Establecer límites: fijar límites de tiempo para el uso de las redes sociales y el celular puede ayudar a reducir la dependencia. Establezca momentos específicos del día para revisar las notificaciones y desconéctese en otros momentos.
- Modo nocturno y temporizador: utilizar el modo nocturno en los dispositivos y configurar un temporizador para limitar el uso antes de dormir puede ayudar a mejorar la calidad del sueño.
- Desconexiones regulares: programar períodos regulares de desconexión total de las redes sociales y el celular puede brindar un respiro necesario y permitir un enfoque en actividades fuera de línea.
- Enfoque en la interacción personal: priorizar las relaciones personales y las conversaciones cara a cara puede fortalecer los vínculos emocionales y reducir la dependencia de las interacciones en línea.
- Practicar la atención plena: practicar la atención plena o mindfulness puede ayudar a ser consciente de los hábitos digitales y a tomar decisiones conscientes sobre su uso.