Los relojes inteligentes son dispositivos que han ganado popularidad progresivamente en todo el mundo, gracias a su capacidad para ofrecer una forma rápida de interactuar con el teléfono sin necesidad de sacarlo constantemente. También conocidos como smartwatches, se utilizan en la muñeca, similar a un reloj tradicional, pero con funciones avanzadas que los convierten en mucho más que simples accesorios para medir el tiempo. Generalmente, estos dispositivos se conectan a través de Bluetooth y permiten realizar diversas tareas.

Entre sus funciones principales se encuentra la posibilidad de recibir llamadas, mensajes, correos electrónicos y otras alertas directamente en la muñeca. Además, incluyen herramientas para monitorear el ritmo cardíaco, la calidad del sueño, la actividad física y el nivel de oxígeno en la sangre, entre otras mediciones.

Asimismo, hacen un seguimiento detallado de la actividad física, registrando información como los pasos, la distancia recorrida, las calorías quemadas y otros datos relacionados con el deporte. Algunos modelos incluso cuentan con asistentes de voz integrados, como Siri, Google Assistant o Alexa, que permiten realizar comandos sin necesidad de tocar el dispositivo.

Los relojes inteligentes permiten acceder a varias aplicaciones, sin tener que mirar el celular. | Foto: FRANCESCO CARTA

Sin duda, estos dispositivos ofrecen múltiples beneficios, pero su uso continuo y excesivo puede resultar perjudicial para la salud, especialmente durante la noche, ya que podría tener efectos negativos en la calidad del sueño.

¿Por qué no es saludable dormir con un reloj inteligente?

Aunque los relojes inteligentes están diseñados para monitorear el sueño, en algunos casos, el uso de un dispositivo electrónico en la muñeca durante la noche puede interferir con la capacidad de dormir profundamente.

En conversación con SEMANA, Alberto Alegre, coordinador de la carrera de Psicología en Continental Florida University, explicó que esto ocurre porque los relojes pueden generar molestias físicas al estar en contacto prolongado con la piel, lo que dificulta el proceso para conciliar el sueño.

“En algunos casos, dormir con un reloj inteligente puede afectar la calidad del sueño de diversas formas, dependiendo del diseño del dispositivo, sus funciones y las preferencias individuales”, señaló.

Asimismo, es importante tener en cuenta que estos dispositivos operan a través de Bluetooth u otras tecnologías inalámbricas, lo que implica que emiten una pequeña cantidad de radiación electromagnética. Aunque esta cantidad es mínima y generalmente considerada segura, dormir con el dispositivo cerca del cuerpo durante varias horas podría no ser recomendable.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la exposición a dispositivos electrónicos como teléfonos móviles y otros equipos inalámbricos puede reducir los niveles de melatonina, lo que afecta negativamente la calidad del sueño.

Los relojes inteligentes son herramientas prácticas para la salud, el fitness y la conectividad. | Foto: Getty Images

Por otro lado, un informe de la National Sleep Foundation, citado por Tn.com, indica que la exposición a la tecnología, incluso de manera pasiva, puede provocar microdespertares, interrumpiendo el ciclo natural del descanso.

Este hábito, aunque aparentemente insignificante, puede derivar con el tiempo en un estrés tecnológico y una dependencia de estos dispositivos. Esto se debe a que contribuyen a una sensación constante de estar conectado, lo que puede resultar mentalmente agotador. Al tener el reloj cerca, es más probable sentirse impulsado a revisar notificaciones o mensajes durante la noche, lo que interfiere con el descanso y disminuye la capacidad para relajarse por completo.

“Si el dispositivo está configurado para recibir notificaciones, vibraciones o sonidos, estos pueden interrumpir el sueño, especialmente durante las fases de sueño ligero”, afirmó Alegre.

Recomendaciones para proteger la calidad del sueño

Para evitar posibles afectaciones en la salud física y cognitiva, lo más recomendable es quitarse el reloj inteligente antes de acostarse y optar por otros métodos menos invasivos para monitorear el sueño.

Esta práctica es similar a lo que ocurre con el uso del celular u otros dispositivos electrónicos antes de dormir, ya que, como afirman los expertos, la luz emitida por las pantallas puede interferir con la producción de melatonina. Esta interferencia afecta la calidad del sueño y, en consecuencia, el funcionamiento cognitivo.