La primera misión espacial tripulada de Boeing ha vuelto a retrasar su regreso a la Tierra desde la Estación Espacial Internacional (EEI). Este regreso, inicialmente programado para el pasado martes, se encuentra suspendido a causa de filtraciones de helio, según reportan medios estadounidenses.
De acuerdo con la CBS, pese a que sí se han producido algunos contratiempos y la agencia espacial estadounidense (Nasa) niega que los astronautas se encuentren “varados” en la EEI. La entidad afirma que esta situación les otorgará “varias semanas” para permanecer en el laboratorio espacial y continuar con el desarrollo de experimentos científicos de gran importancia.
La prensa internacional señala que las filtraciones de helio junto a algunos problemas con el propulsor de la nave espacial son temas estables y no se consideran “una preocupación” para el regreso de Starliner a la Tierra.
Así lo afirmó un portavoz de Boeing a la revista ‘Newsweek’, sin embargo, aún no hoy una fecha definitiva para el retorno de los astronautas.
A su turno la Nasa indicó que se está siguiendo un proceso con el equipo de gestión de misiones, dejando que “los datos guíen nuestra toma de decisiones en relación con la gestión de las pequeñas fugas del sistema de helio y el rendimiento del propulsor que observamos durante el encuentro y el acoplamiento”, expresó el viernes Steve Stich, gerente del Programa de Tripulación Comercial de la Nasa.
Stich también precisó que los astronautas no están en ninguna situación de riesgo, puesto que podrán permanecer en la Estación Espacial Internacional sin problemas hasta mediados de agosto.
Cápsula tripulada de Boeing llegó a la EEI tras problema con propulsor
La nueva cápsula de Boeing llegó el pasado 6 de junio a la Estación Espacial Internacional tras un retraso causado por un problema de último minuto con el propulsor, que casi echó a perder este primer vuelo de prueba con astronautas.
El acoplamiento, a 420 kilómetros (260 millas) de altura sobre el océano Índico, fue la culminación de más de un día de dramatismo por el debut de Boeing en un vuelo espacial tripulado, en el que transportó a los pilotos de prueba de la NASA Butch Wilmore y Suni Williams.
“Es agradable estar acoplados a la gran ciudad del cielo”, dijo Wilmore una vez que los enganches entre ambas naves espaciales quedaron fijos.
Williams ingresó primero a la estación espacial, bailando al ritmo de música. Le siguió Wilmore, quien tronaba sus dedos. Abrazaron a los siete residentes de la estación.
“Fue una bienvenida magnífica, una pequeña fiesta con baile”, apuntó Williams. “Esa es la forma de echar a andar las cosas”.
La cápsula Starliner ya había presentado una pequeña fuga de helio cuando fue puesta en órbita el miércoles con los dos astronautas de la NASA. Los administradores de Boeing y de la agencia espacial confiaban en que podían manejar el sistema de propulsión a pesar del problema, y señalaron que era improbable que se produjeran más fugas. Sin embargo, pocas horas después de iniciado el vuelo surgieron dos fugas más, y se descubrió una más tras el acoplamiento.
Más tarde, cinco de los 28 propulsores de la cápsula se desactivaron. Los astronautas lograron reactivar cuatro de ellos, lo que les dio un margen de seguridad suficiente para proceder. Para entonces, el Starliner había pasado la primera oportunidad de acoplamiento y dio la vuelta al mundo durante una hora más al lado de la estación antes de unirse a ella.
Con información de AP