El Departamento de Justicia de Estados Unidos ha emitido una propuesta de sentencia en la que solicita formalmente a Google que venda su navegador web Chrome, de cara a restablecer la competencia en el mercado de búsqueda en línea, lo que también se puede extender al sistema operativo Android. Sin embargo, esta decisión conllevaría diversas consecuencias para los usuarios finales, fabricantes de dispositivos y desarrolladores.
Esta sentencia se enmarca en el juicio antimonopolio que Estados Unidos mantiene contra Google desde septiembre del pasado año, en el que las autoridades acusan a la compañía del grupo Alphabet de perjudicar la competencia por pagar millones de dólares para ser el motor de búsqueda por defecto en navegadores web y móviles.
Como resultado, en agosto de este año un tribunal federal estadounidense dictaminó que la compañía incumple las leyes antimonopolio con su buscador, tras constatar que controla aproximadamente el 90 % del mercado de búsquedas en Internet.
Ahora, el Departamento de Justicia de Estados Unidos ha planteado formalmente la división de Google, solicitando que se desprenda del navegador web Chrome e imponiendo algunas restricciones en Android, para dejar de favorecer su propio motor de búsqueda en dispositivos con este sistema operativo. En caso de que estas imposiciones no resulten efectivas, el Departamento de Justicia ha señalado que también se podría exigir la venta de Android.
La intención de dividir Google ya fue planteada meses atrás, como una posible solución para restablecer la competencia en el mercado de búsqueda en línea. Sin embargo, ha sido ahora cuando se ha puesto sobre la mesa oficialmente la venta de Chrome.
Según han determinado en la propuesta de sentencia, esta medida “detendrá permanentemente el control de Google de este punto de acceso de búsqueda crítico y permitirá a los motores de búsqueda rivales la capacidad de acceder al navegador que para muchos usuarios es una puerta de entrada a Internet”.
¿Cómo afectaría a los usuarios la venta de Chrome y Android?
Chrome es uno de los navegadores web más utilizados a nivel global, por tanto, su venta impactaría directamente en la experiencia de Internet, ya que, como apuntan medios como Engadget, más del 60 por ciento de las interacciones web comienzan con una consulta de búsqueda y, la mayoría se realizan mediante la búsqueda de Google.
Además, Chrome también está ligado a otros servicios de la tecnológica, como es el caso del sistema operativo para sus ordenadores ChromeOS, así como su asistente de Inteligencia Artificial (IA) Gemini.
En este marco, la tecnológica ha matizado en un comunicado en su blog que esta venta conllevaría algunas consecuencias que perjudicarían directamente a los consumidores. Según ha manifestado el presidente de Asuntos Globales y director Jurídico de Google y Alphabet, Kent Walker, la propuesta del Departamento de Justicia estadounidense “destruiría una serie de productos de Google, más allá de la Búsqueda, que la gente ama y considera útiles en su vida cotidiana”.
En concreto, Walker ha advertido de que se obstaculizaría “deliberadamente” la capacidad de las personas para acceder a la Búsqueda de Google. Siguiendo esta línea, ha señalado que vender Chrome y potencialmente Android a una empresa externa pone en peligro la seguridad y privacidad de los usuarios, además de “socavar” la calidad de sus productos y servicios en diversos dispositivos.
Esto se debe a que parte de las condiciones de esta venta exigen compartir con empresas nacionales y extranjeras desconocidas las innovaciones y resultados de Google. Incluidas las consultas de búsqueda personales de los usuarios.
Otro de los efectos de esta posible separación es que Google debería instalar dos pantallas de selección independientes para acceder a la Búsqueda de Google en, por ejemplo, un smartphone Pixel. Asimismo, el diseño de estas pantallas tendría que ser aprobado por el Comité Técnico.
En lo relacionado con la posible venta de Android, propiciaría una situación que afectaría a la mayoría de firmas de ‘smartphones’ a nivel global, ya que se nutren de este sistema operativo, salvo algunas excepciones, como los dispositivos con iOS (Apple) y HarmonyOS Next (Huawei).
Por ejemplo, al venderse a una empresa externa, esta podría optar por efectuar cambios en el sistema operativo para adaptarlo a sus propios servicios, así como mantenerlo como hasta ahora o, incluso, cobrar por su uso a los fabricantes de dispositivos.
Es decir, cualquier cambio en Android se reflejaría después en la oferta de dispositivos móviles, con fabricantes que podrían optar por cambiar de sistema operativo o desarrollar el suyo propio, como ya ocurrió con Huawei a consecuencia del bloqueo estadounidense. No obstante, esto no solo concierne a fabricantes de ‘smartphones’, sino que también a marcas de tabletas, smartwatches o coches, entre otros productos que utilizan este software.
Otro de los sectores afectados sería el de los desarrolladores que, debido al uso mayoritario de Android, crean la mayoría de sus aplicaciones basadas en este sistema operativo. Sin embargo, si cambiasen las condiciones o surgiesen otros nuevos entornos, esto se podría traducir en el desarrollo de menos apps.
Con todo ello, Google ha sentenciado que el enfoque del Departamento de Justicia “perjudicaría a los consumidores, desarrolladores y pequeñas empresas estadounidenses”, por tanto, presentarán sus propias propuestas al respecto “el mes que viene” y su caso más amplio “el año que viene”.
Por su parte, el Departamento de Justicia presentará una versión revisada de su propuesta de sentencia a principios de marzo de 2025, según han recogido medios como The Verge.
*Con información de Europa Press.