En la era digital actual, la seguridad de los datos personales de los usuarios es una preocupación constante, ya que corren el riesgo de ser comprometidos por ciberdelincuentes a través de una variedad de medios, como aplicaciones, redes sociales, llamadas telefónicas, correos electrónicos fraudulentos e incluso las funciones mismas de los dispositivos móviles.
El teléfono móvil se ha convertido en un elemento indispensable en nuestra vida diaria, dado que permite mantener una comunicación constante con el entorno, tanto en el ámbito personal como en el laboral.
Es en este dispositivo donde se almacena una gran cantidad de información personal y financiera, como contraseñas, cuentas, contactos y datos financieros. Sin embargo, esta misma versatilidad lo convierte en un blanco fácil para los criminales cibernéticos, quienes utilizan diversas estrategias para obtener información que luego pueden utilizar en su beneficio.
Una táctica común utilizada por los ciberdelincuentes es el robo de datos a través de las funciones de wifi incorporadas en todos los dispositivos. Cuando esta herramienta está activada y el usuario sale de casa, es posible que al llegar a un lugar público, el dispositivo se conecte automáticamente a redes no seguras que carecen del cifrado necesario para proteger los datos.
Las redes wifi públicas, al no contar con las medidas de seguridad adecuadas, aumentan significativamente el riesgo de que los hackers puedan interceptar contraseñas, direcciones, fotos, videos, mensajes, cuentas bancarias y otra información confidencial que es crucial mantener protegida.
Según Kaspersky, una empresa de ciberseguridad, los piratas informáticos se aprovechan de estas conexiones inalámbricas públicas sin restricciones para acceder fácilmente a la información que las víctimas envían a través de internet.
“Las mismas características que convierten los puntos de acceso Wi-Fi gratuitos en deseables para los consumidores los hacen atractivos para los hackers; en concreto, la ausencia de requisitos de autenticación para establecer una conexión de red. Esta característica ofrece una oportunidad increíble a los hackers para obtener acceso sin restricciones a los dispositivos no seguros de la misma red”, aseguran.
Además, las redes wifi públicas también representan una oportunidad para la distribución de malware, que es un tipo de software malicioso diseñado para realizar acciones dañinas en los dispositivos y dejarlos inutilizables.
“Algunos hackers ingeniosos han conseguido incluso piratear el punto de conexión y provocar que, durante el proceso de conexión, aparezca una ventana emergente que ofrece una actualización de un software popular. Hacer clic en la ventana instala el malware”, agregan.
Los profesionales en ciberseguridad recomiendan el uso de una red privada virtual (VPN) para protegerse contra este tipo de amenazas. Una VPN garantiza que los datos estén cifrados de manera segura, lo que dificulta que los ciberdelincuentes puedan infiltrarse en la conexión.
Por otro lado, desactivar la función de wifi cuando no se está utilizando es una medida de seguridad fundamental. Esto evita que cualquier comunicación mínima que se realice ponga en peligro la información sensible almacenada en el dispositivo, porque los hackers están constantemente buscando formas de infiltrarse en las redes inalámbricas.
“Si solo usas tu computadora para trabajar en un documento de Word o Excel, mantén la conexión Wi-Fi desactivada. Además, tu batería durará mucho más”, concluyen los analistas.