Luego de pasar millones de años vagando por el sistema solar, finalmente el meteoro NWA 13188 regresó a la Tierra, de acuerdo con los científicos, debido a que existe la teoría de que la gigante roca se originó en el planeta.
De acuerdo con el portal Digitaltrends, todo inició desde hace cinco años, cuando un meteorito rojo oscuro parcialmente costroso se estrelló en el desierto del Sahara y fue comercializado en Marruecos.
En la Conferencia Goldschmidt 2023 sobre geoquímica, llevada a cabo el 9 al 14 de julio en Francia, un equipo de investigadores internacionales presentó datos para sugerir que el NWA 13188 es un meteorito de la Tierra.
De acuerdo con el citado portal, el meteorito comparte la misma composición química que la roca volcánica en la Tierra. Sin embargo, en la conferencia sugieren que estuvo expuesto a los rayos cósmicos en el espacio durante un período de 10 mil años aproximadamente.
Varias teorías indican que el NWA 13188 es un meteorito que se lanzó desde la Tierra, motivo por el cual cayó a su superficie después de pasar un tiempo determinado viajando por el espacio. Los expertos también aseguran que pudo haber sido expulsado inicialmente de la Tierra después de que un asteroide se estrellara contra el planeta hace miles de años o a través de una erupción volcánica.
Esto convertiría al meteorito NWA 13188 en la primera evidencia de que un meteorito de la Tierra haya regresado a su planeta de origen. Hasta el momento, los investigadores deben determinar la fecha del meteorito para confirmar la hipótesis, además de medir cuánto tiempo estuvo expuesto a los rayos cósmicos, con el propósito de tener una línea de tiempo más precisa.
Hallan un extraño objeto en nuestra galaxia que emite señales desde hace 33 años
Comprobar la posible existencia de vida extraterrestre inteligente es un asunto que ha inquietado a la comunidad científica. Con el paso de los años, desde diferentes campos de la ciencia se han desarrollado nuevas tecnologías, junto a diferentes dispositivos tecnológicos, que cuenten con la capacidad de ayudarle al hombre a ampliar su comprensión sobre todo lo que ocurre en el cosmos.
Pese a que la ciencia moderna aún no puede ofrecer una respuesta que pueda confirmar o descartar la presencia de civilizaciones alienígenas que habitan otros mundos en el espacio exterior. Sin embargo, diferentes investigadores siguen enfocando sus esfuerzos en encontrar nuevos datos que permitan obtener una respuesta a las diferentes interrogantes sobre la presencia de seres cósmicos.
En el marco de esa iniciativa, un equipo de científicos de la Universidad Curtin que también hacen parte de la International Centre for Radio Astronomy Research (Icrar) han realizado un hallazgo asombroso.
Los investigadores lograron encontrar una extraña señal de radio que es emitida desde un sitio remoto, que se encuentra a unos 15.000 años luz de la Tierra y que podría ser generada por un tipo de estrella.
Los científicos determinaron que ese cuerpo celeste, nombrado como GPM J1839-10, representa un objeto cósmico no identificado, que ha estado emitiendo ondas de radio en un intervalo de 22 minutos. De acuerdo con los astrofísicos, esta es una condición sumamente extraña, al ser una frecuencia sumamente lenta en comparación con otras fuentes de ondas de radio pulsantes.
Tras ejecutar un análisis a profundidad sobre la señal captada, los investigadores establecieron que el pulso ha sido generado por muchos años y que la Tierra lo ha podido captar por más de 30 años. Sin embargo, durante décadas ese objeto había pasado desapercibido por los astrónomos.
Según las palabras que ofreció a la prensa Natasha Hurley-Walker, astrofísica que trabaja en Icrar en Australia, es posible que la fuente de las ondas sea un magnetar, estrella de neutrones alimentada con un campo magnético muy fuerte, la cual gira con una gran lentitud.
Conforme a la astrofísica, por el momento ese objeto estelar desborda la comprensión que actualmente la ciencia posee sobre las estrellas de neutrones y los magnetares, pues se trata de cuerpos celestiales sumamente raros en el Universo.
Así las cosas, este hallazgo podría replantear las tesis que se tienen sobre ese tipo de estrellas.