La industria del automovilismo ha dado un giro hacia la movilidad eléctrica y las diferentes compañías fabricantes han venido produciendo sus propios modelos y adaptando algunos de sus icónicos vehículos a esta tecnología.
Una de estas compañías es el grupo Fiat, compañía italiana que decidió apostarle a uno de sus más reconocidos diseños para seguir incursionando en la apuesta global de la movilidad sostenible.
De esta manera, el carismático Topolino regresa a las calles luego de que fuera producido por la firma entre 1936 y 1955; aunque está inspirado en el Fiat 500 y es una variación del Citroen AMI. Este viejo conocido de la industria, cuya mayor característica es su pequeño tamaño, ha recibido una serie de ajustes para que logre encajar en las necesidades del siglo XXI y así convertirse en una de las apuestas de la compañía para cuidar el planeta.
Este nuevo modelo es muy diferente al que rodó por las calles durante el siglo pasado, pues sus líneas le dan otros rasgos y gozará de un aspecto mucho más juvenil que seguro dará de qué hablar.
La apuesta de esta empresa va de la mano con todo lo que se viene adelantando en Europa por parte de los gobiernos, quienes han celebrado acuerdos para poder reducir las emisiones de CO2 y han fijado diferentes plazos en el tiempo para lograr alcanzar los objetivos planteados.
Uno de los cambios más significativos tiene que ver con la industria automotriz y el salto que se pretende dar, en Europa, hacia la fabricación de coches eléctricos mientras se abandona la producción de autos que necesiten diésel y gasolina para su funcionamiento.
El plazo que se ha planteado la Unión Europea contempla que, a partir del año 2035, se suspenda la venta de autos de combustión, para darle paso a una industria que solo comercialice automóviles eléctricos, una de las acciones con las que se pretende cumplir el objetivo de la agenda Fit for 55, la cual busca disminuir la contaminación entre los años 2030 y 2050.
La meta es reducir, en 55 %, las emisiones producidas por los vehículos de gasolina para 2030 en comparación con los registros de 2021; una vez se logre dar este ambicioso paso, la idea es llegar a emisiones cero en 2050.
Pese a que es un objetivo que va de la mano con el medioambiente y que parecería poner de acuerdo a todo el mundo, Italia se opone a dejar de fabricar autos de combustión a partir del 2035.
¿Por qué Italia se opone a dejar de fabricar automóviles de combustión?
Pese a que el Parlamento Europeo aprobó la medida hace algunos días, para que esta se convierta en ley debe ser aceptada por los 27 presidentes de los países miembros de la Unión Europea, algo que sobre el papel no se ve tan fácil, pues Italia no está dispuesta a apoyar la iniciativa.
Para nadie es un secreto que muchas de las grandes marcas de automóviles provienen de este país, entre ellas Ferrari y Lamborghini, compañías cuyo volumen no es tan alto como el de otras casas fabricantes; según trascendió, el país de la bota ya logró un avance al presentar la Enmienda Ferrari, con la cual logró eliminar las restricciones a los constructores que lancen al mercado entre 1.000 y 10.000 automóviles.
Pese a que se contemplan estas excepciones, se conoció que el ministro de asuntos exteriores de Italia, Antonio Tranjani, busca que estas restricciones sean más leves, por lo que le pidió a la Unión Europea que no se prohíba la venta de vehículos de combustión a partir de 2035.
“Soy un gran partidario del coche eléctrico, pero debemos defender nuestra industria automovilística”, dijo Tranjani, quien también dejó claro que la intención de Italia es reducir no el 100 %, sino el 90 % de la producción de carros de combustión, para que el 10 % restante de los automóviles nuevos sea de diésel o gasolina, incluso, después del 2035.