Desde hace varias décadas la especie humana ha imaginado cómo podría vivir en la Luna u otros planetas del cosmos; y aunque esta visión aún parece ser una meta imposible de lograr, varios equipos científicos están trabajando en desarrollar tecnologías que puedan hacer realidad esa fantasía.
En el marco de esta iniciativa varios expertos dirigen sus esfuerzos en mejorar las condiciones de vida que tienen los cosmonautas que están en la Estación Espacial Internacional. De igual manera, se adelantan investigaciones sobre nuevos sistemas que permitan cosechar alimentos en otros planetas o construir estructuras de forma más eficiente.
Pero recientemente, un científico expuso una propuesta curiosa en torno a las diferentes apuestas que hay para llevar a la humanidad a otros mundos. El académico plantea convertir los asteroides en un nuevo hogar para la civilización humana.
Aunque la visión de generar asentamientos humanos sobre la superficie de un asteroide no representa una idea que no se haya planteado antes, la propuesta del doctor David W. Jensen, científico jubilado de la empresa Rockwell Collins, presenta un camino que podría ser viable, pese a que las tecnologías actualmente disponibles aún carecen de la capacidad para hacer posible esa visión.
Según un documento científico producido por Jensen y reseñado por el medio Universe Today, la propuesta se basa en tres acciones específicas que son:
- Selección de los objetos espaciales con las características adecuadas para construir una colonia humana.
- Elección del tipo de hábitat.
- Desarrollar la tecnología necesaria para llegar hasta esas rocas espaciales.
De acuerdo con el planteamiento del doctor Jensen, es fundamental desarrollar sistemas que ayuden a elegir de forma certera los mejores asteroides para que una colonia viva en su superficie.
¿Qué características deben tener los asteroides que serían habitados por humanos?
Entre los aspectos más importantes estaría la composición del objeto, tamaño y proximidad a la Tierra. De hecho, la última variable es de gran importancia porque podría determinar qué tipo de vehículo se requeriría para llegar hacia ese asteroide.
Basándose en estos criterios, el doctor David W. Jensen, quien también fue integrante de una empresa especializada en electrónica aplicada a la aviación (Collins Aerospace), ya ha encontrado la roca espacial ideal para convertirse en el hogar de una comunidad humana.
Se trata del asteroide denominado ‘Atira’, el cual tiene un diámetro cercano a los 4,8 kilómetros y su propia luna. Agregado a ello, este objeto espacial se encuentra una distancia que es 80 veces mayor de la que separa a la Tierra de la Luna.
¿Por qué el asteroide Atira podría convertirse en el hogar de los humanos?
En su texto, Jensen indica que ese asteroide cuenta con las condiciones favorables para ser transformado en un hábitat para la especie humana. El científico argumenta que ese cuerpo tiene una órbita estable en la “zona Ricitos de Oro” de nuestro Sistema Solar, condición que le permitiría tener controlada su temperatura interna.
No obstante, el científico también señala que uno de los mayores desafíos es generar las condiciones necesarias para lograr que las personas puedan tolerar largos períodos bajo una microgravedad. En ese sentido, el experto plantea la posibilidad de desarrollar un sistema que logre hacer girar el asteroide a la velocidad necesaria para generar la gravedad que hay en Tierra.
Por otra parte, el doctor Jensen ha planteado la necesidad de diseñar un nuevo tipo de estructuras que serían construidas en la superficie del asteroide, las cuales deben dar refugio a las personas y también brindar una protección contra la radiación solar y otros rayos cósmicos que hay en el espacio exterior.
El experto considera que en un futuro cercano sería posible enviar robots al asteroide candidato, para que desarrollen las labores de construcción de esas estructuras.
Pese a que la propuesta del doctor David W. Jensen representa un plan aparentemente factible para lograr un asentamiento para humanos en un asteroide, aún hay varios obstáculos, que posteriores desarrollos tecnológicos, podrían ayudar a superar con esas limitaciones.