Cuando Apple realiza los respectivos lanzamientos de las nuevas versiones de sus sistemas operativos, con el fin de mejorar la experiencia de los usuarios, suelen llegar actualizaciones que favorecen en el rendimiento, optimización y eficiencia de los dispositivos de iPhone.

Pues bien, con el lanzamiento del nuevo iOS 18, la compañía ha introducido una serie de mejoras que no solo ofrecen nuevas funcionalidades, sino que también corrigen vulnerabilidades de seguridad críticas. No actualizar al más reciente sistema operativo podría traer serias repercusiones la seguridad del dispositivo.

iOS 18 estará disponible en varios modelos de iPhone. | Foto: Jonathan Raa/NurPhoto

Una de las principales razones para actualizar el sistema operativo de estos dispositivos es la seguridad. Los ciberdelincuentes están en constante evolución, buscando nuevas formas de atacar los dispositivos móviles. Apple, al igual que otras compañías tecnológicas, lanza actualizaciones periódicas para cerrar brechas o grietas de seguridad que podrían ser explotadas por hackers.

Con iOS 18, la compañía ha corregido múltiples vulnerabilidades críticas, algunas de las cuales podrían permitir el acceso no autorizado a la información personal del usuario, como correos electrónicos, mensajes y datos bancarios.

Si una persona decide no realizar esta actualización, estaría dejando el iPhone expuesto a estas amenazas, ya que los hackers suelen apuntar a dispositivos con versiones antiguas de software. Incluso con el software de seguridad más avanzado, como aplicaciones antivirus, un sistema desactualizado sigue siendo vulnerable. En el peor de los casos, un celular sin actualizar podría ser utilizado por terceros para realizar estafas que comprometan la privacidad del usuario.

La actualización de Apple ha provocado problemas para varios dispositivos. | Foto: © 2024 SOPA Images

Además de los riesgos de seguridad, los usuarios también podrían enfrentar problemas de rendimiento. Las aplicaciones más recientes, tanto nativas como de terceros, están diseñadas para funcionar en sistemas operativos actualizados. Con cada nueva versión, los desarrolladores optimizan el software para aprovechar las nuevas funciones y capacidades del sistema. Sin embargo, al quedarse en una versión anterior de iOS, es probable que las aplicaciones no funcionen correctamente o incluso dejen de ser compatibles.

Este bajo rendimiento puede manifestarse en forma de ralentizaciones, cierres inesperados de aplicaciones o funciones que dejan de responder. Incluso, en dispositivos más antiguos, que ya de por sí pueden tener un rendimiento más lento, esto podría empeorar la experiencia del usuario significativamente.

De hecho, en funciones básicas como la cámara, el teclado y la conectividad pueden verse afectadas si el sistema operativo no está actualizado a la última versión disponible. En un mercado donde la autonomía del dispositivo es cada vez más importante, no aprovechar estas mejoras podría llevar a una experiencia de uso más frustrante.