La inteligencia artificial está dando para todo y más a la hora de recrear imágenes de personalidades en situaciones comprometedoras y de recrear universos hipotéticos de situaciones que se pudieron dar en algún momento de la historia.
En este sentido, el expresidente de Estados Unidos Donald Trump fue uno de los primeros en ser objetivo de esta tecnología, pues en el momento en el que se daba su juicio aparecieron fotos de él detenido y esposado.
Otra de las víctimas de estas herramientas fue el papa Francisco, a quien una herramienta de fotografía de inteligencia artificial lo dibujó con ropa de lujo, imágenes que se volvieron virales por lo realistas que resultaron.
Ahora, a través de esta tecnología, diferentes usuarios han estado interesados por saber cómo era en realidad el rostro de Jesús y si concuerda con lo que por años han mostrado en las películas que han realizado sobre la historia sagrada y que por lo general se muestran en época de Semana Santa.
Y es que en los libros se habla sobre las enseñanzas y cómo fue su relación con la humanidad antes de morir; sin embargo, son escasos los registros que existen sobre cómo era su aspecto físico, razón por la cual la inteligencia artificial le ha servido a los curiosos para intentar resolver esta duda.
Uno de ellos fue Richard Neave, un forense especializado en reconstrucciones faciales, que utilizó su experiencia para orientar una de estas herramientas con el fin de poder dar con el rostro de Jesús, además, utilizó un modelado 3D para poder guiar el objetivo de su investigación.
Al final, el resultado fue una imagen con tez morena, de cabello oscuro y ojos castaños, con tendencia a ser rasgados.
Por su parte, el fotógrafo profesional de origen neerlandés, Bas Uterwijk, también acudió a la inteligencia artificial para poder saber cómo era Jesús.
En su intento por descubrirlo, utilizó pistas sobre rasgos étnicos que existían en Oriente Medio hace dos mil años.
Exponen el secreto detrás de la supuesta ministra de sanidad de Japón
Hace poco comenzaron a rondar por internet algunas imágenes de la supuesta ministra de sanidad de Japón; las capturas causaron revuelo por cómo lucía la mujer, pues era evidente un pronunciado escote que llamó la atención de muchos usuarios de las redes sociales.
Pues bien, esta mujer pasó a engrosar la lista de personalidades que han sido utilizadas por la inteligencia artificial para protagonizar información falsa o adulterada, en la cual se encuentran Donald Trump y el propio papa Francisco.
Las imágenes fueron creadas por una persona que se ha dedicado a producir fotos con contenido sexual explícito con la ayuda de la inteligencia artificial y decidió que la protagonista de su próxima serie de capturas estaría vinculada al gobierno de los nipones.
Una vez crearon las fotografías, fueron distribuidas con el fin de analizar la capacidad de esta tecnología para elaborar ese tipo de retratos; sin embargo, el debate giró en torno al escote de la supuesta ministra de sanidad.
Uno de los aspectos que llamó la atención de este hecho es la demora de las redes sociales para percatarse que se trataba de contenido falso, lo que permitió que esta información se difundiera rápidamente a través de Twitter y Facebook, entre otras plataformas. Y es que no deja de ser curioso que se propagaran estas imágenes, si es de conocimiento público que el ministro de sanidad de Japón es un hombre llamado Katsunobu Kato, algo fácil de confirmar y de contrastar con la información que se difundió ampliamente en internet.
“Las imágenes fueron generadas por inteligencia artificial. El actual ministro de salud de Japón es Katsunobu Kato”, fue el mensaje que comenzó a circular en Twitter mucho tiempo después de que las imágenes fueran colgadas en la red social del pajarito.
Pese a esto, todavía se pueden encontrar comunidades en Facebook en las que siguen dando por hecho que las imágenes de la mujer son reales, lo que eleva una vez más la preocupación que existe en el mundo por la capacidad de esta tecnología de crear información falsa y el poco interés de las audiencias por detenerse a confirmar si todo lo que está en la web es cierto o no.