No cabe duda que los electrodomésticos llegaron para facilitar la vida de las personas. Artefactos como la nevera, la estufa o la lavadora simplificaron tareas que en el pasado requerían un trabajo mayor. Por esta razón, hoy son prácticamente imprescindibles en el hogar.

Uno de los elementos de esta categoría que ha venido ganando popularidad es el lavavajillas. Si bien todavía es común que el lavaplatos sea protagonista para el aseo después de cada comida, la tecnología también ha dado una mano para facilitar dicho proceso.

En principio, basta con ingresar los platos sucios dentro del lavavajillas y accionarlo para que haga lo suyo. Sin embargo, vale la pena revisar ciertos detalles antes de cada ciclo de limpieza, de manera que el resultado sea mejor y los recursos empleados sean mínimos.

De acuerdo con información proporcionada por la inteligencia artificial Gemini, antes de usar el lavavajillas es conveniente verificar los siguientes puntos:

  • Eliminar los restos de comida: Retirar los restos de comida más grandes de los platos, vasos y cubiertos antes de colocarlos en el lavavajillas. Esto evitará que el filtro se obstruya y que el lavavajillas tenga que trabajar más duro para limpiar la vajilla.
  • Carga completa: Llenar el lavavajillas a su máxima capacidad antes de ponerlo en marcha. De esta manera, se aprovechará al máximo la energía y el agua por cada ciclo de lavado.
  • Elegir el programa adecuado: Seleccionar el programa de lavado que mejor se adapte a la suciedad de la vajilla. Para suciedad ligera, utilizar un programa corto y a baja temperatura. Para vajilla muy sucia, usar un programa más largo y a mayor temperatura.
  • Colocar bien los platos: Ubicar la vajilla de manera que el agua pueda circular libremente por todo el interior. Esto asegurará una limpieza uniforme y evitará que queden residuos de comida.
Es clave retirar los restos de comida antes de ingresar los platos en el lavavajillas. | Foto: Getty Images

Durante el ciclo de lavado

  • Utilizar abrillantador: El abrillantador ayuda a eliminar las manchas de agua y a que la vajilla quede brillante.
  • Evitar el prelavado: La función de prelavado solo es necesaria para vajilla muy sucia. En la mayoría de los casos se puede prescindir de ella para ahorrar agua y energía.
  • Optar por un secado natural: Abrir la puerta del lavavajillas al finalizar el ciclo de lavado y dejar que la vajilla se seque al aire libre. Esto ayudará a ahorrar energía, ya que no será necesario usar la función de secado del lavavajillas.

Finalmente, mantener el lavavajillas en perfecto estado también es clave. Para ello, es conveniente seguir las recomendaciones del fabricante.