Obtener la inmortalidad es una fantasía que algunas personas han anhelado durante toda su vida y con la aparición de nuevas tecnologías algunos comenzaron a imaginar la posibilidad de alcanzar una vida eterna en un plano digital. De hecho, ese deseo se hizo un tema muy tratado desde la ciencia ficción, pero gracias a los recientes avances en neurociencia e inteligencia artificial, dicha meta podría estar cerca de convertirse en una realidad.
Actualmente, varios investigadores destacados en el campo de la neurociencia están enfocando sus esfuerzos en el desarrollo de nuevos sistemas tecnológicos que hagan posible la transferencia de la mente humana (mind uploading en inglés) a un espacio virtual para así preservar esa conciencia por muchos años o siglos, pese a que el cuerpo físico haya dejado de existir tiempo atrás.
¿Qué tan cerca está la inmortalidad digital?
Un grupo de investigadores creen que el camino más directo para lograr la transferencia de la mente a un entorno digital es mediante la emulación del cerebro para así crear una entidad virtual.
Este método requiere de un intenso proceso en donde continuamente se escanea un cerebro humano y su actividad neuronal, de este modo será posible recopilar la información necesaria para poder recrear el cerebro biológico y una conciencia en un espacio virtual que es preservado por un computador.
De manera que por ahora, el método más eficiente para lograr este objetivo es mediante la técnica de microscopía electrónica, procedimiento que hace posible reunir la información necesaria para poder producir una réplica funcional de un cerebro que opere de manera funcional en un escenario digital.
Pese a estos avances, aún existen varios reparos en torno a la posibilidad la posibilidad de que el ser humano alcance la capacidad de transferir su propia conciencia a una máquina que sea inmune al paso del tiempo.
Algunas voces de la comunidad científica consideran que la mente es un elemento abstracto que es producido por el cerebro y por ello no es algo que se pueda manipular como un archivo digital que se inserta en un dispositivo de almacenamiento especial.
Mientras que se desarrollan varios debates sobre cómo se produciría una transferencia de mente, es importante destacar que en este momento otros científicos han logrado importantes avances en nuevos dispositivos que permitan la digitalización y análisis de los pensamientos del ser humano.
Científicos de Estados Unidos y China están aprovechando las capacidades de la inteligencia artificial (IA) para entrenar sistemas computarizados que tengan la capacidad de interpretar las ondas cerebrales de las personas, lo cual haría posible que una está máquina llegue a decodificar los pensamientos de alguien y exponerlos en forma de textos, imágenes e incluso videos.
La apuesta con estas tecnologías es producir un mecanismo que le ayude al ser humano a superar las limitaciones físicas que podrían impedir que una persona se pueda comunicar con otros de una forma clara y sencilla.
Paralelamente, hay otros especialistas en neurociencia que están trabajando en la creación de diminutos chips que pueden ser usados como implantes cerebrales, los cuales están diseñados para potenciar algunas capacidades físicas o potenciar un sentido como el de la visión.
Así las cosas, pese a que se estén desarrollando nuevas tecnologías con diferentes objetivos todas estas innovaciones permiten recaudar más información que contribuya a ampliar la comprensión sobre las funciones cerebrales. De manera podrían aparecer importantes contribuciones para el objetivo de generar e implementar un procedimiento que permita producir una réplica digital del cerebro de manera más precisa.
De esta forma el ser humano estaría muy cerca de lograr un medio para alcanzar la inmortalidad a través de la digitalización de su propia conciencia, lo cual le haría escapar del deterioro del cuerpo humano para así seguir existiendo en un terreno digital.
No obstante, este tipo de tecnología también plantea un álgido debate ético sobre los límites y alcances que debe tener la tecnología con el ser humano, pues el hecho de que llegue a ser posible almacenar conciencias humanas en máquinas también genera serias dudas sobre la esencia de la humanidad y el respeto por la vida.