En varias ocasiones, el magnate Elon Musk ha manifestado que la humanidad no está aprovechando toda la energía que el sol puede proveer. Incluso, el año pasado habló de un plan en específico con el que se aseguró que se podría alimentar con electricidad de ese origen a Estados Unidos.
En este sentido, mencionó que buscaba construir una planta fotovoltaica de 160 x 160 kilómetros. “Esa cosa simplemente funciona. Tenemos un reactor de fusión gigante en el cielo”, afirmó.
Asimismo, el empresario recalcó, en ese momento, que confía que con estas dimensiones “se podría alimentar a Estados Unidos de energía solar”, pero en el mismo instante detalló que también se necesitarán paneles solares y baterías para llevar a cabo esta idea al instalarse en otros territorios, utilizando la misma tecnología y, por supuesto, el mismo “reactor de fusión”.
Recientemente, Musk volvió a hablar de la energía solar y aseguró en varios mensajes en la red X, que es de su propiedad, que la generación de energía debería ser “esencialmente solar”. En los trinos, el magnate mencionó la llamada Escala Kardashev. Según dijo, quien la entiende comprenderá a su vez la importancia de la energía solar.
“Una vez que se entiende la escala Kardashev, resulta absolutamente obvio que toda la generación de energía será esencialmente solar”, escribió Musk.
Y agregó: “Basta con hacer los cálculos para la energía solar en la Tierra y pronto te das cuenta de que un rincón relativamente pequeño de Texas o Nuevo México puede suministrar fácilmente toda la electricidad de Estados Unidos”.
“Teniendo en cuenta la eficiencia de los paneles solares (de un 25 %) y las horas de luz diurna utilizables (unas seis), sería razonable obtener 3 gigavatios-hora de energía cada 2,5 kilómetros cuadrados”, señaló sobre su uso.
¿Qué es la escala de Kardashev?
La escala de Kardashev es una medida teórica propuesta en 1964 por el astrofísico soviético Nikolái Kardashev para clasificar a las civilizaciones avanzadas en función de su capacidad para aprovechar la energía disponible. Se basa en la cantidad de energía que una civilización puede utilizar y se organiza en tres niveles principales, aunque se han añadido otros más en teorías posteriores. Los niveles originales son:
Civilización Tipo I: Utiliza toda la energía disponible en su planeta de origen. Esto incluye la energía solar, geotérmica, eólica y de otras fuentes renovables. La humanidad está cerca de este tipo de civilización, pero aún no ha alcanzado este nivel. Se estima que se está en un rango intermedio entre 0.7 y 0.8 en la escala.
Civilización Tipo II: Es capaz de aprovechar toda la energía disponible en su estrella local. Una civilización de este tipo podría construir una esfera de Dyson, una estructura teórica que rodea a la estrella para captar toda su energía. Este nivel representa un dominio completo del sistema estelar.
Civilización Tipo III: Controla la energía a escala galáctica. Una civilización de este tipo podría aprovechar la energía de todas las estrellas de su galaxia, lo que implica un desarrollo tecnológico extremadamente avanzado y, posiblemente, la capacidad de viajar y colonizar múltiples sistemas estelares.
Según conocedores, esta escala suele usarse más en relación con la búsqueda de la vida extraterrestre. Así mismo, es útil para imaginar el potencial futuro de la civilización humana y de otras posibles civilizaciones extraterrestres, en términos de crecimiento tecnológico y energético.
Sin embargo, Musk, al haberla mencionado, reitera lo poco que se utiliza actualmente la energía solar, pese a su crecimiento en los últimos años.
Según la Agencia Internacional de las Energías Renovables, la energía solar representó el 73 % del crecimiento de las energías renovables en 2023, alcanzando 1419 GW, seguida de la energía eólica, con una participación del 24 % en la expansión renovable. Sin embargo, la organización señaló que “este crecimiento está distribuido de manera desigual en todo el mundo, lo que indica una tendencia alejada del objetivo de triplicar la capacidad de energía renovable para 2030″.