El tema de la inteligencia artificial (IA) todavía sigue acaparando la atención de muchos, en especial de los fanáticos al mundo de las tendencias en materia de tecnología.
Entre los líderes de esta innovación digital se encuentra ChatGPT, de OpenAI, pero a la lista ya se sumaron otros más como, por ejemplo, Bard (Google).
En ese orden de ideas, actualmente la IA genera todo tipo de reacciones, pues hay empresas que han optado por darle uso para minimizar gastos de pago a personal. Inclusive, algunos expertos prevén que varias profesiones podrían llegar a acabarse conforme avance la IA.
Recientemente se difundió un artículo en Harvard Business Review, en donde se consignó un análisis en el que los académicos se refirieron a la habilidad fundamental que tienen los seres humanos y que las máquinas, por más inteligencia artificial que tengan, no han podido igualar.
Por lo tanto, sin dicha habilidad las organizaciones no han podido explotar al máximo el potencial de la IA. Sin más detalle, la capacidad inherente a los seres humanos es la del juicio.
En la publicación de Harvard, el empresario de origen italiano Alessandro Di Fiore sostuvo la idea de que la tecnología funciona como un herramienta para que las personas aumenten “la creatividad, la autonomía y el pensamiento crítico”, ahora características ligadas con la IA.
No obstante, para Di Fiore las personas son el centro de todo, por el hecho de que cumplen el papel crítico en mediación con las nuevas tecnologías.
Así las cosas, el experto, quien también fue presidente de Harvard Business Review Italia, se atrevió a decir que el juicio pasará a convertirse en una habilidad esencial y muy valorada en el área técnica, en medio de los desafíos que con el paso del tiempo presenta la inteligencia artificial.
De manera conjunta, el mismo empresario compartió las que a su juicio son el trío de claves en relación con la adaptación de la IA en las labores mediadas por el juicio a futuro:
Las claves sobre la IA en el trabajo
Para el conocedor del tema tecnológico, una de las claves es la del acceso. En palabras de Di Fiore: la IA “garantiza que los trabajadores tengan acceso a todas las formas en las que pueden aprovechar el valor de estas herramientas”.
En ese sentido, al tener acceso a herramientas con inteligencia artificial, se demanda de la responsabilidad de uso.
La segunda clave es la del ejercicio de la sentencia, la cual hace referencia a que el juicio se ejecuta mediante un diálogo, dado el caso, este sería entre el ser humano y la IA. Ante esta premisa, Harvard sostiene que un ejemplo se daría al momento en el que se interactúa con ChatGPT y habría que “emplear el juicio al proporcionar instrucciones, contextualizar la conversación y realizar interpretaciones cuidadosas”, de acuerdo con ideas compartidas de especialistas en Infobae.
Por último, la tercera de las claves es la del control. Lo primero que sostiene Harvard es que debería haber un código ético en vínculo con la responsabilidad de trabajo. Luego, se tendría que adoptar límites establecidos para consultas más sensatas.
Finalmente, “los líderes tienen en primera persona el deber de establecer el contexto y las condiciones adecuados para que los empleados puedan tomar decisiones de forma más autónoma con la ayuda de los datos y las tecnologías. Dar libertad es bueno, pero ayudarlos a ejercer su libertad es más crucial”, según los aportes del empresario Alessandro Di Fiore.
- Nota: es pertinente traer a colación la definición que da la Real Academia Española sobre el juicio, la cual es “la facultad por la que el ser humano puede distinguir el bien del mal y lo verdadero de lo falso”.