Actualmente, una instancia usual a la hora de acceder a un sitio web y suministrar información resulta llamativa para las personas. Se trata de la sección “prueba que eres humano” o “no soy un robot”, la cual tiene un objetivo de suma importancia en el entorno digital.

En ese orden, los usuarios deben demostrar su humanidad para acceder a ciertas plataformas. Y aunque la pregunta parezca obvia, la realidad es que configura una barrera para evitar que los bots ingresen a determinados sitios web. En palabras más simples, se trata de un elemento clave en materia de ciberseguridad.

Esta casilla está diseñada específicamente para ser verificada por humanos y su propósito es detectar si el usuario que está interactuando con un sitio web es una persona real o, por el contrario, un bot automatizado.

Este filtro es denominado CAPTCHA (Completely Automated Public Turing test to tell Computers and Humans Apart: test de Turing público y automático para distinguir a los ordenadores de los humanos). El sistema fue diseñado para diferenciar los robots entre los humanos y funciona para evitar que los bots completen formularios o accedan a ciertas páginas web. En general, es una protección contra el spam y el descifrado de contraseñas.

Robot navegando en internet. | Foto: Imagen generada por la IA Bing Image Creator

“Los CAPTCHA ofrecen protección contra entradas digitales remotas, ya que hacen posible que solo un ser humano con la contraseña correcta pueda acceder a la cuenta”, explica Google en su página de soporte.

Esta medida de seguridad se reforzó con la implementación del reCAPTCHA, el cual “utiliza un motor avanzado de análisis de riesgos y desafíos adaptativos para evitar que el software malicioso participe en actividades abusivas en su sitio web”, detalla Google.

Como resultado, los usuarios legítimos podrán iniciar sesión, realizar compras, ver páginas o crear cuentas, mientras que los usuarios falsos serán bloqueados.

Habitualmente, estos filtros pueden incluir dinámicas como seleccionar los objetos solicitados o ingresar un código. Para el usuario resulta una tarea sencilla, aunque en ocasiones se puede tornar tediosa.

La IA puede convertirse en un gran aliado para combatir a los cibercriminales. | Foto: Getty Images

¿Cómo funciona?

Los CAPTCHA funcionan porque los ordenadores pueden crear imágenes distorsionadas y procesar una respuesta, sin embargo, no pueden leer o solucionar un problema del modo que lo hace un humano para superar la prueba. Precisamente, a partir de este detalle es que se logra la diferenciación entre bots y seres humanos.

Por lo general, Google usa los CAPTCHA para reforzar la seguridad en los puntos de acceso a las cuentas más sensibles. En tal virtud, es usual verlos en las siguientes situaciones:

  • Registro para un nuevo servicio de Google (Gmail, Blogger o YouTube).
  • Registro en cualquier edición de una cuenta de Google Workspace.
  • Cambiar una contraseña en una cuenta ya existente.
  • Configurar servicios de Google para otro dispositivo o aplicación (como iPhone, Outlook, ActiveSync, etc.).