Los ciberdelincuentes están constantemente al acecho, buscando formas de obtener los datos personales y financieros de los usuarios. Su objetivo es cometer delitos informáticos como estafas, suplantación de identidad y hackeos, poniendo en riesgo la seguridad digital de las personas.
A menudo, estos ciberataques se producen a través de plataformas digitales, ya sean redes sociales o servicios en línea, donde los criminales se ingenian para infiltrarse en sitios web y robar información confidencial. Otro método común es engañar a los usuarios a través de aplicaciones de mensajería para que suministren sus datos de manera genuina, incluyendo nombres, identificaciones, contraseñas y números de cuentas.
Sin embargo, a pesar de ser formas de engaño comunes, hay algo que a menudo se pasa por alto y que es un error común de los usuarios: las contraseñas. Algunos expertos señalan que una clave débil o mal estructurada es la puerta de entrada para que los malhechores hagan de las suyas.
Una de las fallas más comunes es repetir las contraseñas, es decir, usar la misma para todas las cuentas. Anteriormente, la ciberseguridad no estaba en auge, por lo que no era un tema de interés para las personas. Al seleccionar sus contraseñas, no tenían en cuenta ciertos parámetros para hacerlas menos atractivas para los hackers.
Hoy en día, no tener presente este aspecto es un grave error, ya que cualquier tipo de plataforma y cuenta resulta vulnerable. Los ciberdelincuentes emplean trucos “perfectos” para acechar a los usuarios. Los profesionales en tecnología aconsejan que lo mejor es tener contraseñas diferentes para las cuentas de redes sociales y para el correo electrónico.
A través de estas plataformas, los ciberdelincuentes, incluso aquellos con menos experiencia, pueden emplear diversas estrategias y tácticas para enviar mensajes de phishing e intentar robar credenciales o información personal. Una vez logran acceder a su cuenta, también pueden piratear otras cuentas de contactos cercanos a usted.
Además, es importante tener en cuenta que la inteligencia artificial se ha popularizado en todo el mundo, y los ciberdelincuentes la están utilizando como herramienta para estafar y vaciar cuentas bancarias. Suplantan voces o imágenes de un usuario mediante diferentes modalidades de engaño.
Es crucial que las contraseñas no contengan secuencias de números como “123456″ ni incluyan nombres, apellidos o fechas de cumpleaños, ya que esto las hace más vulnerables. La inteligencia artificial tiene la capacidad de probar múltiples combinaciones posibles de contraseñas con solo tener acceso a algunos de sus datos, aumentando así las posibilidades de que los criminales descifren rápidamente sus credenciales.