Taurus ha presentado un robot de cocina diseñado y fabricado en España llamado Mycook Next, que dispone de una pantalla táctil de 10 pulgadas y es compatible con sistemas de control por voz, como Alexa y Google Home.
En ese mismo sentido, dicha compañía dio a conocer este producto en el marco del Mobile World Congress de Barcelona, donde comentó sus últimos avances tecnológicos, como la conexión WiFi multidispositivo y la aplicación Mycook.
Ahora bien, el robot de cocina Mycook Next de Taurus presume de ser el único robot diseñado y fabricado en España, concretamente, en Terrassa (Barelona). Se trata de un dispositivo que cuenta con una pantalla táctil XXL a color de más de 10 pulgadas.
Desde ella se puede interactuar con otros usuarios que también utilicen este producto, así como buscar las más de 20.000 recetas que ofrece en su Comunidad de la ‘app’ o crear la lista de la compra con los ingredientes que se necesiten.
El robot también incorpora la tecnología NextInduction. Este sistema de calentamiento por inducción patentado por Taurus dispone de una báscula de 1 gramo de precisión y permite alcanzar más de 140 ºC de forma rápida para obtener los mejores resultados de cocina.
Asimismo, Mycook Next cuenta con más capacidad en la jarra, que alcanza los 3,75L, así como en la vaporera, de 5L. A su vez, llega a realizar más de 30 procesos diferentes con respecto a otros modelos de la gama Mycook.
Entre algunas de las técnicas disponibles en este modelo se encuentra el ‘sous-vide’, que permite la cocción a baja temperatura de alimentos al vacío, así como la función de cocción lenta o la cocción a alta temperatura. Otras de las funcionalidades automáticas básicas que ofrece son la de calentar, pre-limpieza, velocidad progresiva e inicio retardado.
Este robot, compatible con los dispositivos de control de voz de Alexa y Google Home, se puede comprar a través de la página web de la marca por un precio de 1.199 euros.
¿Robots para reemplazar a los humanos?
Microsoft ha anunciado que está investigando el modo en que se producen las interacciones entre humanos y robots, utilizando para ello la tecnología de inteligencia artificial (IA) ChatGPT en estas máquinas.
Desarrollado por OpenAI, ChatGPT es un ‘chatbot’ entrenado para mantener una conversación en texto que se basa en el modelo de lenguaje GPT 3.5 y tiene capacidad para generar y enlazar ideas, así como para recordar conversaciones.
En el último mes, la compañía ha ido integrando esta tecnología en sus diferentes servicios, comenzando con Azure OpenAI Service a mediados de enero, para llevarla después a su motor de búsqueda Bing y su navegador Edge.
Su última iteración se ha materializado en la vista previa del nuevo Bing basado en inteligencia artificial en las aplicaciones para móviles y en su navegador Edge, así como la versión del motor de búsqueda para Skype.
Ahora, el fabricante tecnológico ha adelantado que está probando esta tecnología en robots, para “hacer posibles las interacciones naturales” con humanos y ha explicado qué es lo que espera de esta integración.
“Nuestro objetivo con esta investigación es ver si ChatGPT puede pensar más allá del texto y razonar sobre el mundo físico para ayudar con las tareas de robótica”, ha comentado Microsoft en un comunicado, donde ha matizado que busca “ayudar a las personas a interactuar con los robots más fácilmente, sin necesidad de aprender lenguajes de programación complejos ni detalles sobre sistemas robóticos”.
En este sentido, ha establecido como desafío enseñar a este ‘chatbot’ a resolver problemas teniendo en cuenta factores como el contexto del entorno operativo y el modo en que “las acciones físicas pueden cambiar el estado del mundo”.
La empresa ha reconocido que este producto de OpenAI tiene capacidades para llevar a cabo tareas por sí mimo, pero que ha desarrollado una serie de principios de diseño que se pueden utilizar para guiar los modelos de lenguaje hacia la resolución de tareas de robótica.
Por otra parte, ha indicado que ChatGPT puede “desbloquear un nuevo paradigma de la robótica”, en la que habitualmente se suceden procesos lentos, costosos e ineficientes de reescritura del código del comportamiento del robot.
*Con información de Europa Press.