Las relaciones humanas son fundamentales para el bienestar emocional y psicológico, pero no todas son saludables. Las personas tóxicas, aquellos individuos cuyas conductas afectan negativamente a los demás, son una realidad en diferentes entornos, como en la familia, el trabajo o incluso en el círculo social.

El comportamiento tóxico se caracteriza por actitudes que generan un impacto emocional y mental dañino en los demás, creando un ambiente de estrés, ansiedad y desconcierto.

SEMANA le preguntó a ChatGPT, el chatbot de inteligencia artificial, sobre cuáles son las conductas más comunes que tienen este tipo de personas, que pueden resultar perjudiciales para quienes los rodean. La inteligencia artificial ha demostrado ser una herramienta poderosa para analizar patrones y conductas humanas, y en el campo de las relaciones interpersonales no es la excepción.

¿Qué actitudes dejan en evidencia a las personas tóxicas?

Manipulación emocional

Uno de los comportamientos más destructivos de las personas tóxicas es la manipulación emocional. Las personas que emplean esta estrategia son expertas en jugar con las emociones ajenas para conseguir lo que desean.

En lugar de ser directas y honestas, recurren a tácticas como el chantaje emocional o la victimización para hacer que la otra persona se sienta culpable, responsable de sus emociones o incapaz de tomar decisiones de forma independiente. Este tipo de manipulación puede ser muy sutil, por lo que es difícil de detectar en un primer momento.

Las víctimas de este tipo de manipulación suelen sentirse constantemente responsables por el bienestar emocional de la persona tóxica, lo que les impide poner límites claros.

¿Cómo saber si mi pareja es tóxica? | Foto: Getty Images / Moyo Studio

Falta de empatía

Este es otro comportamiento común en las personas tóxicas. Estas personas no logran ponerse en el lugar de los demás ni comprender sus sentimientos o necesidades. Para ellas, las emociones de los demás son irrelevantes, y suelen minimizar o invalidar lo que los demás experimentan.

En lugar de ofrecer apoyo o comprensión, las personas tóxicas suelen descalificar los sentimientos ajenos, afirmando cosas como “no es para tanto” o “estás exagerando”. A largo plazo, esta actitud puede generar una desconexión emocional en las relaciones, debilitando la confianza y la comunicación.

Críticas destructivas

A diferencia de la crítica constructiva, que busca señalar un error para mejorar, las críticas destructivas tienen como objetivo hacer que la otra persona se sienta inferior, insegura o incompetente.

Las personas tóxicas suelen atacar aspectos personales, como la apariencia, las decisiones o incluso la personalidad de los demás. Este tipo de críticas pueden ser muy perjudiciales para la autoestima, ya que constantemente se pone en duda la valía del otro.

Estas personas no logran ponerse en el lugar de los demás ni comprender sus sentimientos o necesidades. | Foto: Getty Images

Egoísmo extremo

Estas personas suelen anteponer sus propias necesidades y deseos a los de los demás, sin tener en cuenta las consecuencias que sus acciones pueden tener sobre quienes los rodean.

No tienen la capacidad de ver más allá de su propia perspectiva, lo que genera una relación desequilibrada y una dinámica en la que solo se tiene en cuenta el bienestar de la persona tóxica. Usualmente, estas actitudes se manifiestan en la incapacidad de colaborar o compartir con los demás, y en la tendencia a manipular situaciones para obtener lo que desean sin importar el daño que puedan causar.

En estas relaciones, las necesidades y deseos de la otra persona quedan en un segundo plano, y la persona tóxica actúa como si su bienestar fuera lo único importante.

Deshonestidad

La deshonestidad es otro comportamiento recurrente entre las personas tóxicas. Ya sea mediante mentiras pequeñas o grandes, estas personas no tienen reparos en distorsionar la verdad para evitar responsabilidades o manipular situaciones a su favor.

La mentira se convierte en una herramienta para controlar a los demás o para evitar enfrentar las consecuencias de sus actos. Las personas que interactúan con alguien deshonesto comienzan a cuestionar todo lo que dicen, lo que crea una sensación constante de inseguridad y desconfianza. Además, las mentiras pueden salir a la luz, lo que solo aumenta el daño a largo plazo, dejando cicatrices en la relación.

*Este artículo fue creado con ayuda de una inteligencia artificial que utiliza machine learning para producir texto similar al humano, y curado por un periodista especializado de SEMANA.