Para nadie es un secreto que la mayoría de personas suelen utilizar el dispositivo móvil o cualquier otro aparato tecnológico en los aeropuertos para conectarse a internet. La conexión suele ser a través de los datos, sin embargo, algunos se ven en la obligación de conectar el celular al wifi del lugar.
A pesar de que es una situación poco común, diferentes expertos en tecnología no recomiendan establecer la conexión a la red de los aeropuertos. También se aconseja evitar cargar la batería del dispositivo en las entradas USB de este tipo de establecimientos.
El wifi que se encuentra disponible en los aeropuertos funciona como una red pública, razón por la cual quienes accedan a ellas están expuestas a una posible vulneración de la seguridad del dispositivo, como, por ejemplo, robo de datos personales, bancarios o contraseñas.
Asimismo, las personas que se conectan a la red wifi de los aeropuertos están expuestas a otra serie de peligros y son los siguientes:
- Red falsa: la red del aeropuerto podría llegar a ser falsa, es decir, que los dispositivos están expuestos a ciberataques para obtener datos registrados por los usuarios.
- Ataque MitM: este ciberataque consiste en la interferencia de terceros que son los encargados de transferir la información a otros dispositivos.
- Sinffers o snooping: ambas técnicas están destinadas para que los ciberdelincuentes se infiltren en los dispositivos móviles. Con estos métodos se pueden obtener contraseñas de redes sociales o cuentas bancarias.
¿Qué son las USB incrustadas en las paredes?
Las USB (Universal Serial Bus, por sus siglas en inglés) son dispositivos de almacenamiento y transferencia de datos ampliamente utilizados desde hace muchos años. Son pequeñas unidades portátiles que se conectan a través de un puerto USB en computadoras, laptops, tablets y otros dispositivos electrónicos compatibles.
Estas son populares debido a su tamaño compacto, facilidad de uso y capacidad de almacenamiento. Son utilizadas para transferir y respaldar archivos como documentos, fotos, música y videos. Además, se pueden utilizar para instalar sistemas operativos, ejecutar aplicaciones portátiles y llevar datos personales de un dispositivo a otro.
Sin embargo, el uso de las USB ha disminuido con la llegada de los servicios en la nube, como Google Drive, Dropbox o OneDrive. Actualmente, cada vez más personas prefieren utilizar estas plataformas. No obstante, por las calles aún se encuentran USB de las que no se conoce su procedencia. Si bien puede pertenecer a una persona descuidada, también es posible que haya sido abandonado de forma deliberada.
Muchos cibercriminales dejan este tipo de memorias en lugares públicos para que alguien la recoja y decida utilizarla en su PC o laptop, sin imaginar que dentro tiene un peligroso virus para causarle daño a las personas.
Según indicó un usuario de YouTube, años atrás, Aram Bartroll, artista alemán, inició un proyecto llamado ‘Dead drop’, el cual consistía en incrustar memorias USB en las calles de diferentes ciudades del mundo.
Cabe destacar que esta idea empezó en Nueva York, sin embargo, en poco tiempo se extendió a otras ciudades del mundo, incluso en países de Latinoamérica como Colombia, Nicaragua, El Salvador, México, Argentina, Chile o Ecuador, en dónde aún se encuentran en las paredes.
La idea de Bartroll fue compartir libros, música, entre otros archivos importantes, pero muchos cibercriminales se aprovecharon y comenzaron a instalar sus propias USB en las paredes.
Así las cosas, algunas de esas memorias contenían virus peligrosos que podrían robar la información de los usuarios; también están los temidos USB Killers que se han vuelto muy populares debido a que pueden comprarse a un precio accesible en tiendas como Amazon, EBay, etc.