El universo es tan amplio que pese a la tecnología con la que cuenta hoy en día el mundo, siguen siendo muchos los misterios que esconde y bastantes las teorías que existen en torno a diferentes temas que aún están siendo desconocidos o descubiertos.

En medio de ese mar de dudas que existen sobre qué podría pasar si se dan ciertos sucesos, hay estudiosos que se dedican a analizar teorías basadas sobre supuestos, como el qué pasaría si la Tierra comienza a girar en sentido contrario.

Cabe aclarar que es algo que no pasará y que simplemente responde a la curiosidad de algunos expertos; sin embargo, las ganas de estudiar estos presuntos fenómenos hacen que surjan respuestas a otros que guardan alguna similitud y cuyas respuestas pueden estar escondidas en estas misteriosas teorías.

En 2018, un grupo de científicos de la Universidad de Reading, en Reino Unido, y el Instituto Max Planck de Meteorología, en Alemania, presentaron un trabajo en el que simulaban cómo sería el planeta si se diera ese extraño fenómeno.

Lo primero que identificaron es que el ecosistema global sería muy diferente al que hay hoy en día, pues ”el ancho cinturón desértico que se extiende desde África Occidental hasta Oriente Medio sería reemplazado por un vergel, un paisaje verde de clima húmedo y templado”.

En la investigación, que en ese entonces fue registrada por el medio español ABC, también señalan que las partes norte y sur del continente americano serían cubiertas por la arena, convirtiendo a Brasil y Argentina en los desiertos más grandes del planeta.

Los investigadores encontraron evidencia de que el planeta sería más verde gracias a que las nuevas condiciones climáticas, que durarían miles de años, se encargaría de reverdecer al planeta. | Foto: Cortesía Cultivos Feidria

Algo contrario sucedería en el occidente de Europa, territorio que sería azotado por terribles inviernos que congelaría todo a su paso.

Aunque esto no pasa más allá de un caso hipotético, lo cierto es que los investigadores encontraron evidencia de que el planeta sería más verde gracias a que las nuevas condiciones climáticas, que durarían miles de años, se encargaría de reverdecer al planeta.

La investigación determinó que aunque los desiertos cambiarían de lugar, su proporción sobre la tierra sería mucho más pequeña, pues pasaría de 42 millones de kilómetros cuadrados a solo 31 millones. Esto significa, obviamente, que donde hoy hay grandes masas desérticas aparecerían verdes praderas y almacenarían más carbono, algo bastante beneficioso para el planeta.

Expertos descubrieron que el eje de rotación la Tierra ha cambiado. | Foto: Bing Image Creator

Telescopio James Webb captó una estrella recién nacida en el espacio

El Telescopio Espacial James Webb JWST, por sus siglas en inglés, registró recientemente una impresionante imagen de una estrella recién nacida que, según los expertos, podría no tener más 50.000 años, por lo cual es muy joven, según los estándares astronómicos.

Para los científicos, lo anterior sería retroceder 4.600 millones de años en el tiempo y lograr una imagen del sol, justo cuando está naciendo.

La protoestrella fue nombrada como HH212 y está ubicada en Orión, a 1.300 años luz de distancia con la Tierra.

Vale destacar que lo captado por el Telescopio Espacial James Webb es parecido al Sol cuando tenía una edad similar a HH212.

Por el momento, dicho telescopio no logró captar el brillo de la protoestrella, dado que esta se encuentra resguardada dentro de un denso disco giratorio de gas y polvo.

No obstante, en la imagen captada por James Webb se pueden apreciar ‘chorros’ en tonos rosados y rojizos. Los expertos consideran que podría tratarse de emisiones de gas que, en últimas, es lo que regula el nacimiento de la estrella.

Este martes, 7 de noviembre, el telescopio espacial europeo Euclid también reveló las primeras imágenes que muestran una nebulosa con forma de cabeza de caballo, galaxias distantes nunca antes vistas y “pruebas circunstanciales” de la esquiva materia oscura.

Lluvia de estrellas | Foto: Getty Images

Euclid fue lanzado al espacio en julio con la misión de desvelar grandes enigmas científicos como la materia oscura y la energía oscura.

Luego de alcanzar uno de los puntos de Lagrange, donde un objeto permanece en órbita estable, a 1,5 millones de kilómetros de la Tierra, Euclid comenzó a transmitir sus primeras imágenes, tomadas con cámaras que operan en luz visible y en infrarrojo cercano.

El telescopio va a cartografiar un tercio del cielo, que incluye 2.000 millones de galaxias, con el objetivo de elaborar el mapa tridimensional del universo más preciso de la historia.

Estas imágenes muestran una “gama de objetos del zoológico galáctico en términos de diversidad, colores y formas”, afirmó Jean-Charles Cuillandre, astrónomo del consorcio Euclid.