La humanidad siempre ha especulado sobre el final de su existencia en la Tierra. A lo largo de los siglos, diversas teorías han intentado predecir cuándo podría ser el día en que llegue el fin, desde profecías hasta cálculos científicos basados en fenómenos naturales.
Actualmente, la ciencia y la tecnología han tomado el testigo en la búsqueda de respuestas, con la inteligencia artificial y modelos predictivos que arrojan posibles escenarios y fechas para una eventual extinción humana. La pregunta clave es si estos modelos tienen fundamentos sólidos o si, más bien, son advertencias sobre la necesidad de un cambio urgente en la manera de habitar el planeta.
El avance de la inteligencia artificial (IA) ha llegado a ofrecer respuestas en múltiples ámbitos. SEMANA consultó a ChatGPT sobre si las personas deben preocuparse por una posible fecha de extinción de la humanidad, o si, por su parte, se trata de una suposición sin bases científicas sólidas.
¿Cuándo se extinguirá el ser humano?
Según una reciente investigación de un grupo de científicos especializados en el uso de modelos de IA para predicciones a largo plazo, la humanidad podría enfrentar un escenario extremo en el que el fin de su existencia podría ocurrir hacia el año 2100, en el peor de los casos, o extenderse algunos siglos más si se toman medidas preventivas.
Aunque, los investigadores aclaran que esta fecha no es una predicción exacta ni definitiva, sino una advertencia basada en tendencias observadas. Los patrones actuales señalan que la explotación de recursos naturales, el aumento de la temperatura global y el crecimiento poblacional descontrolado son algunos de los factores de mayor riesgo.
El cambio climático se presenta como uno de los principales factores que la IA considera en sus proyecciones sobre la extinción humana. En el siglo XXI, el calentamiento global ha llevado a temperaturas extremas y condiciones meteorológicas inusuales que impactan la vida en todos los continentes.
Con la creciente frecuencia de fenómenos extremos, como incendios forestales, huracanes y sequías, el futuro del clima terrestre no parece prometedor. Se estima que, si el calentamiento global continúa al ritmo actual, la temperatura promedio podría aumentar hasta 4 °C para finales de siglo, lo cual afectaría la disponibilidad de agua potable, la productividad agrícola y la estabilidad de los ecosistemas.
Otro factor clave es el agotamiento de recursos naturales. La humanidad ha consumido durante siglos recursos que no son renovables o que se regeneran a un ritmo mucho más lento que el de su extracción. Esto incluye desde minerales y metales hasta reservas de combustibles fósiles y agua dulce. Los modelos de IA proyectan que la demanda de recursos, si continúa sin control, podría llevar a una crisis de escasez que desate conflictos en varias regiones del mundo, aumentando la posibilidad de guerras y desplazamientos masivos de personas.
Además, los conflictos sociopolíticos y la creciente desigualdad también contribuyen a un posible escenario de colapso. Con una población mundial que podría superar los 10 mil millones de personas para el año 2100, la competencia por los recursos será cada vez más intensa.
La historia ha demostrado que, en momentos de escasez, los conflictos tienden a intensificarse, y con el avance de tecnologías bélicas, el riesgo de conflictos mayores es cada vez más preocupante. Así, los analistas indican que el panorama para las futuras generaciones depende en gran medida de las decisiones y políticas que se adopten en la actualidad.
Aunque los modelos de IA han revelado posibles fechas y escenarios de extinción, es importante comprender que estas proyecciones no están escritas en piedra. La capacidad de la inteligencia artificial para realizar predicciones está limitada por la disponibilidad y precisión de los datos actuales, así como por la dificultad de anticipar las innovaciones tecnológicas, políticas y sociales que podrían surgir en el futuro. El verdadero valor de estas predicciones no radica en una fecha específica, sino en el mensaje de que el cambio es necesario y urgente para asegurar la sostenibilidad.
*Este artículo fue creado con ayuda de una inteligencia artificial que utiliza machine learning para producir texto similar al humano, y curado por un periodista especializado de SEMANA.