El uso de diversos electrodomésticos en el hogar, más allá de ser un lujo, es una necesidad. Este tipo de aparatos no solo ayudan a realizar tareas cotidianas de manera más eficiente, sino que también contribuyen a mejorar la calidad de vida, gracias a que prestan diversidad de servicios.
Su ayuda va desde la refrigeración y preparación de alimentos, hasta la limpieza rápida con aspiradoras o lavadoras, lo que se vuelve una alternativa muy válida en el momento de facilitar procesos y agilizar el desarrollo de muchos de ellos. Sin embargo, uno de los “dolores de cabeza” es que en muchas ocasiones inciden de forma significativa en el alza del consumo de energía y como consecuencia en el costo de la factura.
Por esta razón hay que prestar atención a su uso y la condición en la que se encuentran, pues de ello depende que consuman más o menor energía. Uno de los principales factores que llevan a que los aparatos eléctricos incrementen el consumo de luz es su deterioro, un aspecto al que muchas veces no se presta atención.
Electrodomésticos en mal estado
Esto ocurre, por ejemplo, si se tiene la nevera en mal estado, lo que hace que no pueda mantener la temperatura correctamente y esto se suple con un mayor consumo, lo que significa que gastará más electricidad.
Con el paso del tiempo, los componentes internos de los electrodomésticos, como los motores, compresores o resistencias, pueden perder eficiencia debido al desgaste, lo que significa que tiene que trabajar más para realizar la misma tarea, incidiendo de forma negativa en el consumo de energía.
Esto también puede pasar por fugas de electricidad, indica información del portal Redes Zone, la cual sugiere que aunque no es tan habitual, es posible que se tenga algún electrodoméstico dañado, que pierda energía. Esto incluso podría llegar a ser un peligro, ya que podría provocar un cortocircuito, razón por la que es muy importante revisar siempre que los aparatos estén en buena condición.
Los expertos aseguran que los electrodomésticos que no reciben el mantenimiento adecuado, como la limpieza de filtros o la lubricación de partes móviles, pueden funcionar de manera ineficiente. Cuando un equipo no está bien mantenido, tiende a sobrecargarse y a utilizar más energía de la necesaria.
Más razones
Sin embargo, no es la única razón. Ubicar los aparatos eléctricos en un lugar inadecuado también aumenta el consumo de energía. Esto se presenta principalmente por el calor que desprenden otros aparatos. Por ejemplo, si se pone el horno cerca de la nevera, este desprende calor y hará que el frigorífico tenga que funcionar a mayor potencia para mantener la temperatura.
Una causa más es conectar algunos aparatos a otros dispositivos. Por ejemplo, videoconsolas conectadas a un televisor. Esto hace que este último consuma más electricidad. En este caso, la recomendación es desconectar todo aquello que no se vaya a necesitar y tratar de encender los dispositivos solo cuando se vayan a utilizar para evitar que estén consumiendo energía continuamente, aunque estén apagados.
Por último, una mala configuración también puede incidir en el consumo de energía. Esto ocurre, especialmente, en aquellos electrodomésticos que requieren una mayor cantidad de energía. Por ejemplo, aquí se incluyen el lavavajillas, la lavadora o el aire acondicionado. Se trata de aparatos con mucha potencia que deben ser bien controlados y programados de manera adecuada para que no suban el gasto de luz.