La eterna pregunta sobre qué vino primero, el huevo o la gallina, ha generado debates filosóficos y científicos durante siglos. Sin embargo, un reciente estudio realizado por un equipo de investigadores de la Universidad de Ginebra (UNIGE) ofrece una nueva perspectiva sobre esta cuestión, al sugerir que los programas genéticos responsables del desarrollo embrionario podrían haberse originado mucho antes de la aparición de los animales multicelulares.

Una especie unicelular con sorprendentes similitudes

Este hallazgo, basado en un organismo unicelular, podría cambiar nuestra comprensión de la evolución y del origen de la vida en la Tierra.

La paradoja tradicionalmente se centra en la dependencia mutua entre la gallina y el huevo. Sin embargo, el estudio de UNIGE sugiere que la respuesta se encuentra en la evolución biológica y los procesos celulares que precedieron a la aparición de los animales multicelulares.

Un estudio de la Universidad de Ginebra muestra que los genes para la multicelularidad estaban presentes antes de los animales. | Foto: Getty Images / Michael Blann

Chromosphaera perkinsii, una especie unicelular descubierta en 2017 en sedimentos marinos alrededor de Hawái, ha sido objeto de un estudio detallado. Esta especie, que se remonta a más de mil millones de años, forma estructuras multicelulares que guardan sorprendentes similitudes con los embriones de animales.

Las primeras formas de vida en la Tierra eran unicelulares, como las levaduras y las bacterias. Posteriormente, los animales evolucionaron a partir de una única célula, el óvulo, hasta formar seres complejos. Este desarrollo embrionario sigue etapas precisas que podrían remontarse a un período mucho anterior a la aparición de los animales.

“Por lo tanto, la naturaleza habría poseído las herramientas genéticas para “crear huevos” mucho antes de “inventar las gallinas” señala la investigación

El equipo de investigación liderado por Omaya Dudin, profesor asistente en el Departamento de Bioquímica de la Facultad de Ciencias de UNIGE, descubrió que las células de C. perkinsii, una vez alcanzado su tamaño máximo, se dividen sin crecer más, formando colonias multicelulares que se asemejan a las primeras etapas del desarrollo embrionario animal.

Similitudes Genéticas: Una Revelación

Las colonias de C. perkinsii persisten durante aproximadamente un tercio de su ciclo de vida y comprenden al menos dos tipos de células distintas. Este fenómeno sorprendente sugiere que los procesos de coordinación y diferenciación multicelular ya estaban presentes en esta especie unicelular mucho antes de la aparición de los primeros animales.

Imágenes de microscopía de expansión revelan el desarrollo multicelular de Chromosphaera perkinsii, mostrando membranas en rojo y núcleos con ADN en azul. | Foto: © O. Dudin, UNIGE

El análisis de la actividad genética dentro de estas colonias reveló similitudes intrigantes con la observada en embriones animales. Esto sugiere que los programas genéticos que gobiernan el complejo desarrollo multicelular ya estaban presentes hace más de mil millones de años.

Implicaciones filosóficas y científicas

Este descubrimiento podría arrojar nueva luz sobre un debate científico de larga data sobre fósiles de 600 millones de años de antigüedad que se parecen a embriones. Además, desafía ciertas concepciones tradicionales sobre la multicelularidad y ofrece una nueva perspectiva sobre la pregunta “¿qué surgió primero, la gallina o el huevo?”