En el vasto mundo de los electrodomésticos, la freidora de aire se ha consolidado como una de las favoritas debido a que ofrece una alternativa más saludable y práctica a la fritura tradicional. Su creciente popularidad en los últimos años se debe a que este dispositivo utiliza tecnología de circulación de aire caliente para cocinar los alimentos. A diferencia de la fritura convencional, que sumerge los alimentos en aceite caliente, la freidora de aire utiliza una cantidad mínima de aceite, lo que reduce significativamente el contenido calórico y de grasas en los platos.

Entre los múltiples beneficios que ofrece se encuentran la rapidez y eficiencia, la versatilidad y la posibilidad de adoptar un estilo de vida más saludable, lo que la convierte en una herramienta clave para el día a día. A medida que más personas toman conciencia sobre la importancia de una dieta equilibrada, es probable que la popularidad de la freidora de aire siga en aumento, transformando así la manera en que se cocinan y disfrutan los alimentos.

La Air Fryer cocina los alimentos sin necesidad de usar aceite. | Foto: Getty Images

Sin embargo, muchos usuarios se limitan a utilizarla para funciones básicas, sin explorar el amplio rango de funcionalidades que ofrece. Una opción que a menudo se pasa por alto, pero que puede resultar muy útil en términos de optimización de tiempo y practicidad, es la capacidad de descongelar alimentos. No obstante, es importante llevar a cabo este proceso con precaución para no dañar el aparato.

Generalmente, los usuarios congelan alimentos para conservarlos por más tiempo, pero en situaciones de apuro, la freidora de aire puede ser una solución eficaz. Según el portal web Xataka, uno de los primeros pasos es precalentar el dispositivo a la temperatura mínima posible durante un par de minutos. Luego, se debe colocar el alimento en la canasta, evitando que ocupe demasiado espacio para permitir que el aire circule uniformemente.

Existen varias estrategias que los usuarios pueden adoptar para reducir el consumo de energía al usar freidoras de aire. | Foto: Getty Images

Un ejemplo de uso es el pan. Al congelarlo, se detiene el proceso de oxidación que provoca su endurecimiento y la aparición de moho. Por lo tanto, después de introducir el pan, se recomienda dejarlo durante aproximadamente 10 minutos a la temperatura mínima, con la posibilidad de aumentar gradualmente la temperatura según la cantidad de pan que se necesite descongelar.

Si se desea un toque crujiente por fuera, se puede elevar la temperatura hasta 180 grados, sin exceder los 10 minutos. Al finalizar, se podrá disfrutar un pan como si estuviera recién hecho, el cual se puede acompañar con algún aderezo o proteína para formar un platillo diferente pero saludable.

En el caso de otros productos, como carne o pollo, es fundamental asegurarse de que no tengan ninguna envoltura de plástico u otro material que pueda dañar los componentes internos del aparato. Igualmente, se recomienda separar las piezas para asegurar una descongelación efectiva.

Para este tipo de alimentos, se puede dejar en la freidora de aire unos 15 minutos a 180 grados, tiempo suficiente para descongelarlos sin iniciar el proceso de cocción. Es importante también voltear los alimentos para que todas las partes reciban la misma circulación de aire.