La Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA), principal agencia de programas espaciales e investigación aeronáutica del Gobierno estadounidense, confirmó que tiene planes de construir un reactor nuclear y establecer una base en la Luna, en el marco de una serie de misiones que realizará en los próximos años.
Este programa de la agencia espacial se denomina Artemis, que buscará lanzar en febrero de 2022 su misión no tripulada, la primera etapa del plan para volver a llevar humanos a la Luna. La primera misión estaba prevista para finales de 2021, y la NASA incluso esperaba realizar una segunda etapa con astronautas abordo en 2024. Sin embargo, el calendario se retrasó.
No obstante, recientemente se conoció que los planes de la NASA para avanzar en su programa Artemis no se detienen. Esta vez la gran novedad es que plantea establecer presencia humana a largo plazo en la Luna, para lo cual necesitará construir un reactor nuclear que garantice el suministro de energía para los astronautas.
Este ambicioso proyecto se ejecutará en articulación con el Laboratorio Nacional de Idaho del Departamento de Energía de EE. UU. De hecho, ambas instituciones están buscando propuestas de líderes de la industria nuclear y espacial para desarrollar tecnologías innovadoras que permitan el suministro de energía en la Luna, como recoge el portal especializado en ciencia EurekAlert.
“Proporcionar un sistema confiable y de alta potencia en la Luna es un paso vital en la exploración espacial humana, y lograrlo está a nuestro alcance”, aseguró Sebastian Corbisiero, líder del Proyecto de Energía de Superficie de Fisión, citado por EurekAlert. Las propuestas para construir este reactor nuclear deben presentarse antes del 19 de febrero de 2022.
La NASA y el Laboratorio Nacional de Idaho del Departamento de Energía de EE. UU. explicaron que inicialmente el reactor será construido en la Tierra y luego transportado hasta la superficie lunar.
Las nuevas fechas de la misión Artemis
Bill Nelson, jefe de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA), anunció el pasado 9 de noviembre que Estados Unidos enviará una misión tripulada a la Luna “a más tardar en 2025″, como recoge la agencia AFP.
El gobierno del expresidente Donald Trump había fijado la meta del viaje para el año 2024 cuando lanzó el programa Artemis, pero la misión ha sufrido muchos retrasos. Uno de los obstáculos recientes tiene que ver con el conflicto legal entre las compañías aeroespaciales de Jeff Bezos (Blue Origin) y Elon Musk (SpaceX).
Ambas compañías tecnológicas, cuyos dueños son dos de las personas más ricas del planeta, compiten para desarrollar un módulo de aterrizaje lunar. En abril de este año, la NASA otorgó a SpaceX, compañía liderada por Elon Musk, un único contrato de US$2.890 millones para construir el próximo módulo de aterrizaje en la Luna.
Sin embargo, a finales de julio, Jeff Bezos, fundador de la compañía aeroespacial Blue Origin, le realizó una tentadora oferta a la NASA en la que se ofreció a cubrir hasta US$2.000 millones de costos a cambio de un contrato para construir el módulo de aterrizaje lunar.
“En lugar de este enfoque de fuente única, la NASA debería adoptar su estrategia original de competencia. Sin competencia, al poco tiempo de iniciado el contrato, la NASA se encontrará con opciones limitadas mientras intenta negociar plazos incumplidos, cambios de diseño y sobrecostos”, aseguró el documento firmado por Jeff Bezos y publicado en el sitio web de Blue Origin.
“Sin competencia, las ambiciones lunares a corto y largo plazo de la NASA se retrasarán, en última instancia costarán más y no servirán al interés nacional”, advirtió Bezos en ese momento. El empresario incluso se comprometió a que Blue Origin financiaría su propia misión a la órbita terrestre baja a cambio de un contrato de precio fijo con la NASA.