Según el índice de Cities in Motion, elaborado por IESE Business School, Bogotá ocupa el séptimo puesto y Medellín el noveno en el ranking de ciudades inteligentes de Latinoamérica. Son posiciones positivas, pues Bogotá supera a Río de Janeiro y Lima. No obstante, las capitales departamentales enfrentan retos particulares.
El primero es el manejo del agua. Estamos en una situación desafiante en ese sentido, por los niveles actuales de los embalses. El alcalde, Carlos Fernando Galán, aclaró que el suministro de Bogotá depende del páramo de Chingaza y de la concurrencia de las lluvias en este lugar. Ante este escenario, el mandatario enfatizó en la importancia de la medición en tiempo real y en que cada ciudadano sea consciente de su consumo de agua.
Los datos y el adecuado análisis de esta información pueden generar un cambio en el comportamiento. Todos los ciudadanos recibimos un análisis del consumo en nuestros recibos, sin embargo, es vital la medición en tiempo real y la eventual creación de tableros de datos que les permitan a los ciudadanos tomar decisiones rápidas, afines con el ambiente y con su bolsillo.
Algo parecido puede suceder con los residuos. Es vital medir el nivel de estos y saber qué tan juicioso es cada ciudadano con la separación de desechos. Los sistemas basados en analítica de datos son ese catalizador, pues es claro que el acceso a información certera puede incidir en los cambios de comportamiento.
Otro reto es la seguridad ciudadana. Galán en su intervención en Smart City Expo compartió que Bogotá está adaptando un sistema de cámaras para detectar placas. Una buena noticia que pone en el foco el internet de las cosas (IoT, por sus siglas en inglés). Por medio de sensores y de dispositivos instalados en la ciudad, es posible recopilar datos en tiempo real para acelerar denuncias ante crímenes o robos.
El IDEAM también anunció que las lluvias constantes pueden provocar inundaciones en las zonas costeras del país. Ciudades como Cartagena y Barranquilla, motores de la economía nacional, son vulnerables ante esto. La solución parece lejana, dejando a la población indefensa. Sin embargo, el análisis histórico de datos sobre inundaciones permite hacer predicciones que puedan ayudarnos a estar preparados para un futuro cada vez más cercano.
Este panorama también puede volverse esperanzador por medio de un agente que nos ha acompañado en los últimos años: la IA generativa. En SAS hemos probado en los últimos meses el uso de gemelos digitales. ¿En qué consiste? A través de la inteligencia artificial podemos simular situaciones o recrear estas en entornos virtualizados. La simulación de estos escenarios y el respectivo análisis permite predecir situaciones, arrojar mapas de calor que señalen zonas o comunidades afectadas o vulnerables ante inundaciones.
El recorrido por estas problemáticas y el planteamiento de soluciones desarrolladas a partir de la analítica de datos, nos conduce a escenarios esperanzadores. Uno de ellos es el crecimiento de la confianza por parte de los ciudadanos hacia las instituciones públicas. Los datos o la información producen tranquilidad y generan sustento para la toma de decisiones. Por ejemplo, si las personas perciben que las administraciones actúan rápido y solucionan sus requerimientos de forma acertada, es probable que el recaudo aumente. En ese orden de ideas, la llave que abre todas las puertas es la inversión en tecnología. Sobre esa base, las capitales colombianas llegarán a ser más inteligentes, eficientes y habitables para sus ciudadanos.