Las estafas por internet se han convertido en una preocupación diaria para muchas personas, que sienten un constante peligro debido a la capacidad de los delincuentes para vulnerar su privacidad. Estos criminales logran robar datos personales y financieros para utilizarlos en su propio beneficio, lo que puede afectar significativamente la integridad de las víctimas.
El avance tecnológico en los últimos años ha facilitado la entrada de los ciberdelincuentes al ámbito emocional de los usuarios, permitiéndoles manipularlos para conseguir lo que desean. Este tipo de engaño se conoce como ingeniería social, y se basa en la ciencia de la motivación humana para persuadir a las víctimas a actuar según los deseos de los delincuentes.
Según Kaspersky, “las estafas basadas en la ingeniería social se fundamentan en cómo piensan y actúan las personas. Los ataques de ingeniería social son muy efectivos para manipular el comportamiento de un usuario. Una vez que un atacante entiende qué motiva las acciones de un usuario, puede engañarlo y manipularlo de manera efectiva”. Las emociones más utilizadas en estas estrategias incluyen el miedo, la curiosidad, la ira, el entusiasmo, la culpa y la tristeza, ya que las personas son más propensas a realizar acciones irracionales o arriesgadas cuando están en un estado emocional intenso.
La temida modalidad de estafa en WhatsApp con videollamadas
Cada día surgen nuevas modalidades de estafa que afectan a los usuarios, con consecuencias graves, especialmente porque los delincuentes pueden dejar a las víctimas sin dinero en sus cuentas bancarias. WhatsApp, una de las aplicaciones más utilizadas recientemente, se ha convertido en un medio común para llevar a cabo fraudes. Los ciberdelincuentes, aprovechando su popularidad, obtienen información sensible sin que las víctimas se den cuenta.
Una de las formas más comunes de engaño en esta plataforma es el phishing, en el que los delincuentes se hacen pasar por otra persona o suplantan la identidad de una empresa legítima para ofrecer productos o servicios, con el objetivo de obtener información personal.
Recientemente, los delincuentes han desarrollado una nueva táctica que involucra videollamadas a través de WhatsApp. De acuerdo con varios medios nacionales, los delincuentes utilizan números desconocidos para hacer videollamadas. Una vez que la persona responde, toman una captura de pantalla para difundir la imagen de la víctima, acusándola de ser un abusador o pedófilo. Posteriormente, comienzan a extorsionar a la víctima para que las imágenes no sean compartidas en las redes sociales.
Otro modus operandi similar implica hacer una videollamada haciéndose pasar por una entidad bancaria o una compañía, alegando que ha ocurrido un problema con la cuenta de la víctima. La excusa es ofrecer asesoría personalizada para resolver el supuesto error. Para ello, la víctima debe compartir su pantalla, lo que da a los delincuentes acceso total a la información del teléfono.
Por esta razón, los expertos recomiendan encarecidamente a los usuarios que no contesten llamadas de números desconocidos, dado que cualquier movimiento que realicen puede ser utilizado en su contra. Con la llegada de la inteligencia artificial, los ciberdelincuentes ahora tienen la capacidad de suplantar voces o imágenes con gran facilidad.