En la era digital, los teléfonos inteligentes se han convertido en herramientas imprescindibles para la comunicación. Una de las características más comunes en estos dispositivos es el corrector ortográfico, diseñado para ayudar a los usuarios a evitar errores de escritura. Sin embargo, a pesar de su utilidad aparente, existen personas que prefieren desactivar esta función.
Algunos usuarios encuentran que el corrector ortográfico limita su estilo personal. Para escritores creativos, poetas o personas que utilizan un lenguaje más coloquial, la capacidad de escribir sin restricciones puede ser fundamental. El corrector, al sugerir correcciones, puede cambiar el tono o la intención de un mensaje, afectando la expresión personal y la autenticidad del contenido.
Además, no siempre acierta en sus sugerencias. Las palabras poco comunes, nombres propios o términos técnicos pueden ser incorrectamente corregidos, llevando a confusiones y errores en la comunicación. Esta frustración puede llevar a los usuarios a desactivar la función para evitar la interrupción constante de sus procesos de escritura.
Por otro lado, está la preocupación sobre la privacidad por la recopilación de datos. Las funciones de corrección ortográfica a menudo requieren el análisis del texto que escriben, lo cual puede ser percibido como una invasión a la privacidad. Desactivar el corrector puede ser una forma de proteger la información personal y evitar la transmisión de datos a servidores externos.
Para los internautas que desean un control absoluto sobre su escritura, no tener activo el corrector ortográfico puede ser una manera de mantener la precisión y evitar las sugerencias automáticas. Esta elección puede ser especialmente relevante para profesionales que necesitan mantener un nivel alto de exactitud en sus comunicaciones.
En algunos casos, pueden interferir con la experiencia del usuario. La función de corrección automática puede ser molesta cuando corrige errores que el usuario no considera problemáticos o cuando realiza cambios inesperados que alteran el significado original del texto.
Cómo desactivar el corrector ortográfico
Android
- Abra la aplicación de “Configuración” en su dispositivo Android. Este es el primer paso para modificar cualquier configuración relacionada con el teclado.
- Navegue hasta la sección de “Sistema” y seleccione “Idiomas y entrada”. Aquí encontrará las opciones relacionadas con la configuración del teclado.
- Seleccione el teclado que está utilizando, como Gboard o el teclado de Samsung. Cada teclado tiene su propio conjunto de opciones de configuración.
- Dentro de las opciones del teclado, busque la configuración de “Corrección ortográfica” o “Sugerencias de texto” y desactívela. Esto variará ligeramente dependiendo del teclado y la versión de Android.
iOS
- Vaya a la aplicación de “Configuración” en su móvil. Este es el primer paso para ajustar las preferencias del teclado.
- Toque “General” y luego selecciona “Teclado” para ver todas las configuraciones relacionadas con el teclado de iOS.
- En la sección de “Teclado”, encontrará la opción de “Corrección automática”. Desactívela para desactivar la función de corrección ortográfica automática.
- Si desea un control aún mayor, también puedes desactivar funciones adicionales como “Sugerencias” y “Reemplazo de texto”, que pueden afectar la forma en que el texto es corregido o sugerido mientras escribes.
El corrector ortográfico en los dispositivos móviles es una herramienta diseñada para mejorar la comunicación escrita. Sin embargo, no todos los usuarios encuentran esta función beneficiosa. Las razones para desactivarla pueden variar desde la búsqueda de una mayor libertad creativa hasta preocupaciones sobre la privacidad o frustraciones con las correcciones inexactas. Afortunadamente, tanto en Android como en iOS, desactivar el corrector ortográfico es un proceso sencillo que permite a los usuarios personalizar su experiencia de escritura según sus preferencias individuales.
*Este artículo fue creado con ayuda de una inteligencia artificial que utiliza machine learning para producir texto similar al humano, y curado por un periodista especializado de Semana.