Uno de los conceptos prioritarios en la agenda del siglo XXI es la sostenibilidad, lo cual se resume en suplir las necesidades de esta generación sin que se vean afectadas las del futuro. La tecnología resulta un gran aliado en este proceso.
El rumbo deben trazarlo los gobiernos, con el fin de empoderar a los ciudadanos. Para ello, es necesario que estén en capacidad de brindar servicios que ahorren tanto tiempo como costos, a la vez que otorgan una mayor transparencia.
De allí nace el término gobierno digital, el cual, según el Banco Mundial, es aquel que utiliza las tecnologías de la información con la firme intención de aumentar su eficiencia, su transparencia y, primordialmente, su participación ciudadana.
El primer paso para encaminarse en esa dirección es modernizar los procesos que ya son obsoletos mediante la integración de datos en el sector público, con el ánimo de ofrecer soluciones más íntegras a la ciudadanía. Al tiempo, se debe trabajar en configurar métricas que midan el desempeño de las soluciones implementadas.
Son tres los consejos para que el proceso de gobierno digital se desarrolle de manera exitosa. En primera instancia es necesario que se evalúe el panorama de las adquisiciones con respecto a las que hay disponible en el mercado. También es necesario revisar e identificar cuáles son las fallas presentes en la cadena de suministros. Por último, es imperativo entender cómo se pueden optimizar las operaciones, por ejemplo, a través de redes basadas en la nube que ayuden a automatizar recursos.
Precisamente la automatización es clave porque esto libera a los empleados de tareas manuales rutinarias, lo cual les da más tiempo para centrarse en actividades vitales y de valor que exigen una mayor capacidad intelectual. En este camino es necesario recordar que a través de las tecnologías, las diferentes esferas gubernamentales pueden reducir los ataques cibernéticos.
Los Estados son conscientes de que la tecnología es una solución si se trata de ser más eficientes. De hecho, el 52 % de las agencias del sector público ya invierte en la automatización de procesos robóticos y el 37 % ya implementa procesos de inteligencia artificial, según una encuesta de Oxford Economics hecha en 23 países.
No obstante, la meta es que las soluciones tecnológicas se implementen cada vez más en las entidades gubernamentales, para que así se reduzcan costos, se aumenten eficiencias y se le haga la vida más fácil al ciudadano. Es claro que en términos de presupuesto la pandemia marcó una prioridad indiscutible en años pasados, pero es momento de invertir en nuevos procesos y tecnologías y en la capacitación para que haya una verdadera apropiación de estas herramientas.