La Tierra ha sobrepasado siete, de ocho límites de seguridad establecidos científicamente y se encuentra en una ‘zona de peligro’, no sólo para un planeta cada vez más caliente que está perdiendo sus zonas naturales, sino por el bienestar de la gente que lo habita, de acuerdo con un nuevo estudio.
El estudio revisa no sólo las barreras de protección para el ecosistema planetario, sino que por primera vez incluye mediciones de ‘justicia’, que básicamente consisten en evitar daños a países, grupos étnicos y géneros.
El estudio realizado por el grupo científico Earth Commission y publicado el miércoles en la revista Nature, verifica el clima, la contaminación del aire, la contaminación del agua por fósforo y nitrógeno, debido al uso excesivo de fertilizantes, las reservas de agua subterránea, el nivel del agua dulce superficial, el entorno ambiental sin construcciones, el hábitat natural en general y el que ha sido construido por el ser humano. Solo la contaminación del aire no se encuentra en un nivel peligroso a nivel mundial.
La contaminación del aire es peligrosa a escala local y regional, mientras que la climática supera los niveles nocivos para el ser humano en grupos, pero no llega a superar la pauta de seguridad para el planeta como sistema, de acuerdo con el estudio del grupo sueco.
El estudio encontró ‘epicentros’ de zonas problemáticas en Europa del este, el sur de Asia, Medio Oriente, el sureste de Asia, partes de África y gran parte de Brasil, México, China y algunas regiones del oeste de Estados Unidos, en gran parte debido al cambio climático. Alrededor de dos tercios de la Tierra no cumplen los criterios de seguridad del agua dulce, dijeron los científicos a modo de ejemplo.
“Estamos en una zona de peligro para la mayoría de los límites del sistema terrestre”, afirmó Kristie Ebi, coautora del estudio y profesora de Clima y Salud Pública de la Universidad de Washington.
Si la Tierra se sometiera a una revisión anual, similar al examen físico de una persona, “nuestro médico diría que la Tierra está realmente muy enferma ahora mismo, que lo está en términos de muchas áreas o sistemas diferentes y que esta enfermedad también está afectando a las personas que viven en la Tierra”, declaró en una rueda de prensa Joyeeta Gupta, copresidenta de la Comisión de la Tierra y profesora de Medio Ambiente de la Universidad de Ámsterdam.
Temperaturas globales en junio de 2023 son las más altas en la historia
Temperaturas globales durante los primeros 11 días de junio alcanzaron el nivel más alto registrado en esta época del año, por amplio margen.
El calor también ha provocado que las temperaturas superen los niveles preindustriales, en más de 1,5 °C este mes, según advirtieron este jueves científicos del Servicio de Cambio Climático de Copernicus de la Unión Europea, informa Bloomberg.
Si bien, el umbral se ha vuelto simbólico porque es el nivel establecido como límite inferior en el Acuerdo de París de 2015, el objetivo de ese documento es cambiar los promedios de 20 o 30 años, que no se espera que se superen hasta principios de la década de 2030.
El aumento de las temperaturas indica que a Europa le espera otro verano de temperaturas extremas, mientras que otras partes del mundo lidian con el regreso del fenómeno climatológico de El Niño. Eso tiene el potencial de generar grandes cambios en los precios de los productos básicos y la energía, a medida que aumentan las necesidades de refrigeración, al tiempo que las sequías destruyen los cultivos y promueven la propagación de incendios forestales.
“El mundo acaba de experimentar los primeros días de junio más cálidos de los que se tiene constancia”, dijo en un comunicado Samantha Burgess, subdirectora del Servicio de Cambio Climático de Copernicus. “Cada fracción de grado es importante para evitar consecuencias aún más graves de la crisis climática”.
Si bien, esta ha sido la primera vez que se superó el umbral de 1,5 °C en junio, no fue la primera vez que el aumento de la temperatura promedio global diaria estuvo por encima del nivel, dijo Copernicus. Su modelo combina datos de científicos en el Reino Unido, Francia, Alemania, Italia y EE. UU., utilizando miles de millones de mediciones de satélites, barcos, aeronaves y estaciones meteorológicas de todo el mundo, para sus pronósticos mensuales y estacionales.
Con información de AP y Europa Press.