La desarrolladora de videojuegos Activision decidió posponer el nuevo juego de la franquicia Call of Duty previsto para el próximo año, una novedad en los planes de la editora que lleva casi dos décadas lanzando un nuevo título principal de forma anual.
La línea principal de Call of Duty no se renovará el próximo siguiendo los resultados poco satisfactorios que han obtenido con el último lanzamiento, Vanguard, que no ha llegado a cumplir las expectativas de la editora, que contrastan con el éxito que sí tiene el juego gratuito Warzone, lanzado en 2020.
Esta situación ha hecho que los ejecutivos de Activision entendieran que habían sacado un nuevo juego demasiado pronto y por ello decidieron posponer el título que ya estaba en desarrollo, según le informaron fuentes conocedoras de estos planes a Bloomberg.
Esta decisión no está relacionada con la reciente adquisición de la editora Activision Blizzard de parte de Microsoft, han asegurado las fuentes, que señalaron que la compañía tiene otros planes para el próximo año.
Así, el nuevo título que sí está previsto que salga a finales de este año recibirá nuevo contenido el próximo e incluso la franquicia se ampliará en 2023 con un nuevo juego gratuito online para ordenador. En este último también colaborará el equipo de Treyarch, que desarrolla el juego pospuesto. La decisión de posponer el nuevo juego de Call of Duty supone un cambio de estrategia en Activision, que desde 2005 ha lanzado un nuevo título principal de forma anual.
Cabe resaltar que el gigante tecnológico Microsoft llegó en enero de este año a un acuerdo para comprar la editora y desarrolladora de videojuegos Activision Blizzard por 68.700 millones de dólares (60.326 millones de euros), informó en un comunicado.
La transacción será en efectivo y Microsoft pagará 95 dólares por cada una de las acciones de Activision Blizzard, lo que supone una prima del 46 % con respecto al precio al que cerraron las acciones en el momento del acuerdo. La empresa dirigida por Satya Nadella ha subrayado que, tras finalizar el acuerdo, se convertirá en la tercera mayor empresa de videojuegos a nivel mundial por ingresos solo por detrás de Tencent y Sony.
Este acuerdo supera de largo la compra de Zynga por Take-Two por 12.700 millones de dólares, anunciada la semana pasada y que se había convertido en el mayor acuerdo de adquisición en el segmento de los videojuegos. En 2020, Microsoft anunció la compra de ZeniMax Media, la empresa matriz de Bethesda Softworks, una de las desarrolladoras y editoras de videojuegos privadas más grandes del mundo, por 7.500 millones de dólares.
Un imperio de videojuegos
Activision Blizzard es dueña de las populares sagas de videojuegos Call of Duty, Warcraft, Diablo, Overwatch o Candy Crush; cuenta con 10.000 empleados y en 2020 se anotó unos beneficios netos de 2.197 millones y una facturación de 8.086 millones de dólares.
El consejero delegado de Activision, Bobby Kotick, mantendrá su puesto, aunque una vez que se cierre el acuerdo la empresa pasará a reportarle directamente a Phil Spencer, el consejero delegado de la división de videojuegos de Microsoft.
Microsoft espera incorporar el catálogo de Activision a su suscripción Game Pass, que recientemente alcanzó la cifra de 25 millones de suscriptores. Tras finalizar el acuerdo, la compañía dueña de Xbox tendrá 30 estudios internos de desarrollo de videojuegos.
Xbox Game Studios cuenta con 23 estudios de desarrollo tras la adquisición el año pasado de ZeniMax Media, aunque esta cifra va a cambiar tras conocerse los planes de Microsoft para con los responsables de Call of Duty y World of Warcraft.
*Con información de Europa Press.