Desde que se hizo popular el uso de dispositivos electrónicos que funcionan pilas alcalinas las personas empezaron a ser dependientes a la compra continua de baterías para mantener los equipos en funcionamiento, por esa misma razón también comenzaron a surgir una serie de mitos sobre supuestos trucos para prolongar la carga.
Uno de los mitos más populares que ha existido es el de introducir las pilas en el interior de la nevera, puesto que algunas personas creen que el frío que genera el refrigerador tiene la propiedad ‘especiales’ que pueden ayudar a recargar la batería.
De hecho, antes de que los dispositivos con batería de litio se convirtieran en un estándar ampliamente aceptado era muy usual ver que varias personas metían las pilas de su control remoto u otro dispositivo en el interior de la nevera.
Sin embargo, muchas de las personas que tienen ese hábito ignoran que el meter las pilas o baterías a la nevera representa un error y que lejos ayudar a mejorar su rendimiento se puede generar un problema mayor.
¿Las pilas o baterías realmente se recargan al meterlas en la nevera?
Es importante tener presente que actualmente existen diferentes tipos de baterías, las cuales trabajan mediante distintos tipos de sistemas. De hecho, la mayoría de los dispositivos electrónicos hoy en día emplean baterías de polímeros de litio o de Iones de litio y ciertos equipos siguen empleando pilas alcalinas.
- Iones de Litio (Li-Ion): funcionan mediante la interacción entre un ánodo y un cátodo junto a sal de litio que permite generar una reacción electroquímica. Hoy en día son la opción más eficiente gracias que ofrecen una buena capacidad energética y resistencia a la descarga, sin embargo, tienen una alta sensibilidad a las temperaturas elevadas y ese factor puede causar su degradación.
- Polímero de Litio (LiPo): pese a que son muy similares a las baterías de litio, estas pilas usan un compuesto polimérico similar a un gel para que se produzca la reacción electroquímica entre su ánodo y cátodo. También ofrece buena capacidad para almacenar energía y el calor acelera su degradación.
- Baterías alcalinas: la electricidad se genera al tener dos electrodos sumergidos en una solución de electrolitos alcalinos que reaccionan juntos, su interacción produce una reacción química que libera un flujo de electrones generando una corriente eléctrica. La exposición al calor también hace que su duración disminuya.
Pese a que se tratan de baterías que cuentan con diferentes sistemas para generar o almacenar energía, todas tienen en común que la prolongada exposición a altas temperaturas desencadenar una reacción negativa. De hecho, en ciertos casos podría generar la explosión de la pila.
Pero el frío también produce un efecto negativo en las pilas, puesto que el exponer las pilas por mucho tiempo a una temperatura inferior a los 15 grados centígrados puede afectar el rendimiento de la batería.
Teniendo presente que la mayoría de las neveras enfrían los alimentos a una temperatura cercana a los 5 ºC (y el congelador a -18 ºC), el someter las pilas al frío representaría un error que podría causar un daño permanente en la batería.
De manera que cuando una persona introduce baterías alcalinas en su la nevera estas nunca recargarán su energía, lo que es que al estar sin uso por un largo periodo de tiempo las pilas logran guardar un poco de la energía residual que tienen.
Por esta razón cuando el usuario vuelve a poner las baterías en su control remoto u otro equipo estas nuevamente logran ofrecer algo de energía, pero dentro de muy poco tiempo volverán a dejar de funcionar.
Así las cosas, bajo ningún concepto es recomendable meter las pilas a nevera o congelador, puesto que se corre el riesgo de producir la oxidación de la batería y por ende un daño severo en el dispositivo que las usa.