La caja de cambios es una de las partes más importantes de los vehículos, independientemente de que estos sean manuales o automáticos. Esta parte es la que permite que haya una transferencia eficiente de potencia entre el motor y la rueda.

La caja de cambios se encuentra conectada a un extremo del motor y, a través de una configuración interna, permite que haya un aumento de fuerza en el momento de salida y una velocidad determinada por la relación que se sostiene con la transmisión. Este objeto, que a primera vista puede ser simple, tiene un sistema que ayuda a que se mantenga la velocidad del motor.

Exceder los límites de remolque puede ejercer una tensión excesiva sobre la caja de cambios, resultando en averías costosas. | Foto: bizoo_n

En pocas palabras, la caja de cambios permite que la potencia sea sea direccionada a las llantas desde el motor, al tiempo que proporciona un punto de acceso clave entre el conductor y el vehículo. De esta forma, es indispensable que la misma esté en óptimas condiciones y así el automóvil pueda cumplir su función. Sin embargo, en ciertas ocasiones se pueden presentar situaciones que ocasionan que la palanca de cambios se ponga dura.

¿Por qué se pone dura la palanca de cambios?

Existen muchas razones que pueden desencadenar este problema que ocasiona que cueste engranar las velocidades en un cambio manual, por lo que la experiencia de conducir se ve afectada, además de que el automóvil también se puede ir deteriorando y ocasionar que ocurra un problema mayor.

Estas son algunas de las razones que llevan a que la palanca se ponga dura. | Foto: Marin Tomas

Este inconveniente se puede dar, entre otras cosas, debido a que el aceite de transmisión, un líquido viscoso y que soporta una mayor temperatura que la del motor, se está quemando. Esta situación se presenta especialmente porque en su momento se utilizó un aceite diferente al recomendado de acuerdo al vehículo, o porque el mismo está en un nivel bajo. Una de las señales de esto puede ser escuchar un ruido en punto muerto.

Otro de los motivos puede estar en que los dientes de los engranajes están en mal estado, algo que se genera por la mala práctica de conducir con el embrague pisado, lo que poco a poco desgasta estos acoples.

Lo más recomendable es que el aceite de la caja de cambios sea renovado cada 80.000 o 100.000 kilómetros.

Asimismo, una palanca dura se puede presentar por un desajuste en los cables de los cambios o en la conexión del embrague, el cual está relacionado con la transmisión. Este fallo puede generar que el embrague se quede trabado, por lo que claramente no se podrá desembragar de la mejor manera y esto ocasionará que la palanca esté más dura.

Es importante realizar un mantenimiento a esta parte del vehículo para evitar cualquier fallo. | Foto: Getty Images

Normalmente, la caja de cambios está diseñada para que dure toda la vida útil que tiene el vehículo, pero hay ocasiones en las que diferentes circunstancias pueden derivar en fallos. Por ello, es importante tener un buen mantenimiento periódico con este componente y de esta forma evitar que algunos de estos problemas se puedan registrar, ayudando de esta forma también al bolsillo, ya que los arreglos pueden ser un poco costosos.