Actualmente, la ciberdelincuencia es uno de los delitos más comunes y uno de los que más rápido está creciendo.
Los individuos o grupos que se dedican a realizar estas actividades delictivas en el ámbito digital, utilizando la tecnología y la internet como su medio de acción, suelen ofrecer una amplia variedad de productos y servicios ilegales en la ‘Dark Web’ y otros rincones ocultos de la red, buscando obtener beneficios económicos y, en algunos casos, causar daños y perjuicios a individuos, empresas e instituciones.
De acuerdo con un estudio realizado por Ventures, el cibercrimen le costará al mundo alrededor de 8 trillones de dólares durante el año 2023, un 25% más que en 2021.
Productos y servicios que ofrecen los cibercriminales
- Herramientas de hacking: Los cibercriminales ofrecen una amplia gama de herramientas y software malicioso diseñados para explotar vulnerabilidades en sistemas informáticos y redes. Estas herramientas pueden incluir exploits, kits de hacking, troyanos, ransomware y otras formas de malware que les permiten acceder ilegalmente a información sensible, tomar el control de sistemas y robar datos.
- Servicios de hacking ético: En contraste con el hacking malicioso, también existen cibercriminales que ofrecen servicios de “hacking ético”. Estos actores, conocidos como “white hat hackers” o hackers éticos, trabajan para identificar y corregir vulnerabilidades en sistemas y redes de manera legal y con el consentimiento de los propietarios.
- Datos robados y cuentas comprometidas: Los cibercriminales venden datos personales robados, como nombres, direcciones, números de seguridad social, tarjetas de crédito y contraseñas. También ofrecen cuentas comprometidas de servicios en línea, como redes sociales, correos electrónicos y plataformas de comercio electrónico.
- Drogas y productos ilegales: Al igual que en el mercado negro físico, la ‘Dark Web’ también se ha convertido en un lugar para la venta de drogas y otros productos ilegales. Los cibercriminales ofrecen una variedad de sustancias ilegales y productos prohibidos, buscando evadir la ley y aprovechar el anonimato de la red.
- Servicios de DDoS: Los ataques de denegación de servicio distribuido (DDoS) son una forma común de ciberataque que busca sobrecargar los servidores de un sitio web o servicio, provocando su caída temporal. Los cibercriminales ofrecen servicios de DDoS a aquellos que desean interrumpir el funcionamiento de sitios web o servicios específicos.
- Tarjetas de crédito y cuentas bancarias fraudulentas: Los cibercriminales también venden información y detalles de tarjetas de crédito robadas, así como cuentas bancarias fraudulentas para llevar a cabo actividades de lavado de dinero y estafas financieras.
- Servicios de phishing y spam: Los cibercriminales ofrecen servicios de phishing y spam, donde crean correos electrónicos y sitios web falsos para engañar a los usuarios y obtener información personal y confidencial.
- Servicios de falsificación y piratería: En la dark web, los cibercriminales también ofrecen servicios de falsificación, como documentos de identidad y pasaportes falsos, así como software y contenido pirateado, como películas, música y programas de computadora.
- Ataques de Ransomware-as-a-Service (RaaS): Los cibercriminales también operan servicios de Ransomware-as-a-Service, donde venden o alquilan variantes de ransomware a otros actores maliciosos. Estos servicios facilitan los ataques de ransomware, donde los archivos de una víctima se cifran y se exige un rescate para su liberación.
No sobra resaltar que el acceso y uso de estos productos y servicios ilegales está estrictamente prohibido y es considerado como un delito grave en la mayoría de las jurisdicciones. En ese orden, participar en actividades cibercriminales puede resultar en investigaciones policiales, cargos penales y graves consecuencias legales.
Según recomiendan expertos, para combatir el cibercrimen y protegerse contra las amenazas en línea, es fundamental seguir buenas prácticas de seguridad cibernética, como mantener los sistemas actualizados, utilizar contraseñas seguras y únicas, evitar hacer clic en enlaces sospechosos y tener precaución al compartir información personal en línea.