El caso de la desaparición de Madeleine McCann tomó un nuevo giro luego de que se hiciera viral en redes sociales la historia de una mujer que asegura ser la niña perdida en 2007 en Portugal.
La persona que asegura ser Madeleine McCann es Julia Wendell, una joven polaca de 21 años, la cual tiene cierta semejanza física con la niña y los padres, pero según el diario Clarín las primeras pruebas biométricas indicarían que no es así.
Asimismo, La Vanguardia de Barcelona creó a Madeleine McCann bajo la inteligencia artificial (IA), la cual es una tecnología que cuenta con herramientas que permiten conocer y acceder a espacios, lugares y datos innovadores.
El mencionado diario realizó un experimento a partir de las fotografías de Madeleine cuando tenía 3 años, con el propósito de ver cómo sería en la actualidad.
Para el ejercicio, se utilizó la herramienta IA Stable Diffusion, un potente motor de generación de imágenes que está basada en Machine Learning.
Varios usuarios aseguran que los resultados confirman el parecido con Julia, debido a la forma de sus ojos y las cejas, así como los labios gruesos. Las imágenes también coinciden con el color del cabello y algunas expresiones faciales.
Es importante mencionar que Wendell lleva recopilando por un buen tiempo en su cuenta de Instagram las pruebas que según ella evidencian su parecido con McCann. Entre ellas, la mancha que tenía Madeleine en el ojo, el cual es un coloboma que, según el ‘Clarín’, se da en una cifra bastante reducida.
Madeleine McCann: ¿por qué sus papás siguen siendo sospechosos de su desaparición?
El exjefe de Policía portugués que investigó la desaparición de la pequeña Madeleine McCann dijo, en septiembre de 2002, que sus padres “todavía son sospechosos”, casi quince años después de ocurrido el hecho que ha tenido en vilo al mundo, mientras se regodeaba de su victoria en la corte por un caso de difamación interpuesto por la pareja de esposos.
Goncalo Amaral habló sobre Gerry y Kate McCann en una entrevista de radio en su país natal después de enterarse de que habían perdido la última ronda de su batalla por difamación contra un libro de su autoría, que se publicó en 2007.
La pareja había demandado a este policía por el delito de difamación después de que publicó un libro que sugería que estaban involucrados en la desaparición de su hija Madeleine.
Los padres ganaron el caso inicial, pero los jueces portugueses anularon el fallo en 2017, lo que los llevó a apelar ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
La pareja había llevado el caso hasta esta instancia después de años de litigio en su tierra natal por cuenta del texto ‘Truth of the Lie’, que los acusaba de encubrir la muerte ‘accidental’ de Madeleine en su apartamento vacacional de Praia da Luz, en Portugal, en mayo de 2007, cuando ocurrió la misteriosa desaparición de la menor, por entonces de solo 3 años de edad.
Así las cosas, la pareja es sospechosa, era sospechosa y sigue siendo sospechosa, pese a que en todo este tiempo las autoridades han dado con otras pistas en su investigación para desvelar el paradero de la niña.
Una de ellas apunta al principal sospechoso, el alemán Christian Brueckner, de quien Amaral ha afirmado en el pasado que es un chivo expiatorio. De hecho, el policía agregó en una entrevista en Rádio Renascença: “Se han invertido miles, incluso millones de euros en los últimos años para crear un falso sospechoso’”.
Brueckner, por su parte, negó desde el momento de su captura cualquier implicación en la desaparición de McCan. “La acusación está tratando de atraparme y espera que acepte bajo la presión mental. Esperan que diga ‘sí’ a todo lo que me dé la oportunidad de escapar de esta tortura mental. Ciertamente, no hay evidencia en absoluto. Por supuesto que no, porque no he cometido ninguno de estos crímenes”, aseguró el germano.
Pero, todas las nuevas líneas de investigación en los últimos años, tanto en Portugal y como en el Reino Unido –de donde es oriunda la familia– como en Alemania, donde Brueckner cumple una condena de siete años de prisión por violar a una jubilada estadounidense, han excluido cualquier responsabilidad de los padres.