Este 20 de enero se conoció que Meta, la matriz de Facebook, planea introducir una nueva herramienta con el fin de que sea explorada y usada por sus millones de usuarios.

Se trata del desarrollo de tokens no fungibles (NFT, por sus siglas en inglés) en las dos principales redes sociales de la compañía, Facebook e Instagram, las cuales hacen parte de las más usadas en el mundo.

Varias personas cercanas a la compañía informaron al periódico Financial Times que actualmente están trabajando en nuevos formatos para permitir a los usuarios crear y vender NFT, así como mostrarlos en sus perfiles.

Además de dar la bienvenida a los usuarios de estos activos digitales, Meta pretende desarrollar una herramienta de la que los usuarios se puedan servir para crear y manejar NFT, y además se plantea abrir un mercado digital para intercambiar estos bienes.

Este movimiento se produce poco después de que Meta manifestara en octubre del año pasado su interés por introducir nuevos modelos de generación de ingresos en Facebook. Entonces, también presentó su billetera digital Novi.

Según las fuentes consultadas por Financial Times, es probable el intercambio de tokens no fungibles cuente con el respaldo de este servicio digital.

El CEO de Instagram, Adam Mosseri, también se mostró interesado en estos activos, ya que a finales de 2021 anunció a través de sus ‘stories’ que desde esta red social estaban “explorando de forma activa los NFT” con el objetivo de “hacerlos más accesibles a un público más amplio”.

Cabe recordar que otras redes sociales también se han volcado en los activos digitales, como es el caso de Twitter. La compañía anunció en octubre de 2021 que estaba preparando una nueva pestaña para mostrar obras NFT en el perfil de los usuarios.

Casos de comercialización por NFT

Digitalmente se puede vender lo que sea: una fotografía, una pintura, un tuit, un clip de audio, un video, inclusive un meme. Lo único que debe tener para acceder a este mercado es que la obra sea un contenido digital y que se verifique su autenticidad y propiedad del creador. Algunos casos de venta son los siguientes:

Un collage artístico, totalmente digital, de 5.000 fotografías llamado “Everydays - The First 5,000 Days’ (’Todos los Días: Los 5.000 primeros Días”), creado por el artista Mike Winkelmann fue vendido por 69,3 millones de dólares.

El famoso meme del Nyan Cat, creado por Chris Torres, su subasta se cerró por un precio de casi 580.000 dólares. Dicho video de 10 segundos que muestra una acción deportiva de la estrella del baloncesto LeBron James fue comprado por 208.000 dólares.

Una imagen de la actriz Lindsay Lohan se vendió en 5.000 dólares y, pocos días después, se revendió por 47.540 dólares.

¿Cómo funciona este mercado?

Todas las transacciones de este tipo funcionan gracias a los non-fungible tokens (NFT), un token criptográfico construido con la tecnología blockchain, que, entre otras funciones, emite una especie de certificado digital de autenticidad que no permite alteración, modificación ni duplicación. Solo se puede traspasar si su dueño acepta hacer una transacción. Además de ser una estrategia para brindar seguridad al comercio digital, los NFT también pueden provocar escasez. Esa es la base del negocio.

En el famoso caso de Jack Dorsey, el cofundador y CEO de Twitter, quien puso en venta su primer tuit, el primero de la historia, publicado en marzo de 2006, dejó asombrado a todo el mundo: ¿Quién sería el loco o visionario capaz de comprar un artículo físicamente inexistente o que muchos pueden tener con tan solo tomar un pantallazo de su celular? Pues, hasta mediados del año pasado, Justin Sun, fundador de una plataforma de blockchain, fue uno de los que más ofertó por el artículo. ¿Qué está comprando?: un simple mensaje que dice “just setting up my twttr” (solo estoy configurando mi twttr).

En este caso, el futuro comprador adquirirá un certificado digital que lo acredita como dueño. Es decir, todos podrán ver y tener una copia del tuit, pero solo una persona tendrá el certificado, de allí su alto valor. Algo similar a lo que sucede con las subastas; todos pueden tener una fotografía o copia de un cuadro de Picasso, pero solo una persona tiene el original con un certificado.